Desabastecimiento de medicamentos

Uno de los remedios que tiene la sociedad para combatir la enfermedad son los medicamentos, gracias a ellos podemos cambiar el curso de la enfermedad y proporcionar más años de vida, más calidad de vida y menos enfermedad a la población.

Desde que un medicamento se desarrolla hasta que se administra a un paciente ocurren una serie de pasos necesarios que debemos de comprender. En primer lugar, para que un medicamento se ponga en marcha hace falta investigación y desarrollo del mismo. La mayor parte de la investigación y desarrollo se realiza en el sector público a través de administraciones y universidades, pero esta inversión pública se invisibiliza mágicamente en el momento que se transfiere a la industria farmacéutica como apunta un reciente informe de la Fundación Salud por Derecho.

La mayor parte de la investigación y desarrollo se realiza en el sector público a través de administraciones y universidades

Posteriormente, el medicamento desarrollado necesita una indicación que lo dirija al problema de salud a tratar. Esta conexión entre el medicamento y el problema de salud lo realizan los profesionales sanitarios (médicos en su mayoría) a través de la prescripción. En las Guías de Práctica Clínica (GPC) los profesionales encontramos las indicaciones validadas por la Medicina Basada en Evidencia (MBE) y en base a ellas prescribimos los medicamentos dirigidos a mejorar la salud de los pacientes. En esta fase aparecen dos problemas importantes. Por un lado, existe un elevado conflicto de intereses entre los autores que redactan las GPC con la industria farmacéutica que comercializa los medicamentos. Según un estudio de Taylor en el 2005, un tercio de todos los equipos redactores de las GPC tienen conflictos de intereses. Esto entraña un grave problema, pues las GPC son para los médicos como la paleta del pintor, si esta no funciona bien se pone en peligro toda la obra.

Por otro lado, algunos medicamentos no aportan beneficio o incluso son perjudiciales. Tenemos sonados ejemplos como lo que ocurrió con el Xigris o Proteína C reactiva que fue retirada del mercado tras diez años de comercialización cuando se comprobó que además de no aportar beneficio a los pacientes era perjudicial según una revisión de la prestigiosa Cocrhane. Otros autores señalan que el tiempo que necesita la MBE para detectar las moléculas no beneficiosas o incluso perjudiciales suele estar alrededor de 10 años, es el llamado tiempo hasta la Revocación Médica. Existe en conclusión demasiado tiempo para detectar problemas tras la comercialización (10 años) y 10 años suelen también durar las patentes de los medicamentos, ¡qué casualidad! Una casualidad que permite el desarrollo de la estrategia de beneficios de la industria farmacéutica sin apenas revocaciones.

Existe un elevado conflicto de intereses entre los autores que redactan las Guías de Práctica Clínica con la industria farmacéutica que comercializa los medicamentos

Entre muchos otros problemas destaca la excesiva medicalización de la vida cotidiana como por ejemplo medicalizar los duelos, y también la polimedicación, sobre todos en los ancianos. Según la OMS más de tres medicamentos en un paciente anciano lejos de beneficiar, perjudica, pues ocasiona más interacciones, más reacciones alérgicas medicamentosas y aumenta la morbilidad.

La OMS señala que cualquier sistema de salud necesita 591 medicamentos esenciales. La lista de medicamentos autorizados en España en 2020 fue de 18.769

Hay una cuestión que llama especialmente la atención, a pesar de tanta abundancia de medicamentos, existen problemas de suministro y desabastecimiento. Estos problemas afectan a medicamentos esenciales como la amoxicilina (noviembre 2022), fibrinolíticos (diciembre 2022), amiodarona, etc…Este desabastecimiento es recurrente y se ha agravado sobre todo después de la pandemia, parece que ha venido para quedarse. ¿Pero qué está pasando en este irracional mercado de los medicamentos?. Actualmente según datos de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) existen 760 medicamentos con problemas de suministros, 879 en los últimos tres meses. Además, está ocurriendo que debido a la irrupción de genéricos y regulaciones de precio de medicamentos esenciales, algunos medicamentos tienen un precio asequible para el Sistema Nacional de Salud, pero no con la suficiente rentabilidad para la industria farmacéutica que prefiere comercializarlos en otros países que les pagan mejor. De hecho, la industria farmacéutica ya está reclamando un aumento de los precios de los medicamentos para mejorar sus beneficios con esos medicamentos esenciales para el SNS.

Pero ocurre que el precio de los medicamentos es fundamental para el equilibrio del sistema sanitario. El gasto farmacéutico supone un cuarto del total de gasto para el SNS y va creciendo año tras año asfixiando al sistema sanitario y amenazando el derecho de protección de la salud del art. 43 de la CE.

El gasto farmacéutico supone un cuarto del total de gasto para el SNS y va creciendo año tras año asfixiando al sistema sanitario

La UE apuesta por satisfacer los beneficios de la industria farmacéutica con un “Plan de Incentivación de Empresas Productoras” que les dará mas dinero para que sigan produciendo y favorecerá la entrada a más medicamentos para que su modelo de negocio se crezca sin pensar en los perjuicios que el elevado número de medicamentos ocasiona. Portugal también ha elevado los precios de los medicamentos en este momento de hiperinflación. Todas estas medidas responden a los intereses de los mercados, pero no a los intereses del Sistema Sanitario ni de los ciudadanos que enferman y necesitan sus medicamentos, son un guante a medida de la industria farmacéutica pero que le da la espalda a la salud.

Decía el profesor Machado que “solo el necio confunde el valor con el precio”, la cuestión de la producción de los medicamentos esenciales, por su elevado valor estratégico quizás debería estar al margen de las reglas de los mercados.

La idea de una industria pública del medicamento no es ninguna utopía

Existen otras opciones para garantizar la producción de los medicamentos de nuestro SNS como por ejemplo producirlos a través de una industria pública del medicamento. Esta idea no es ninguna utopía y existe un germen de una industria pública nacional de producción y distribución de medicamentos. Desde el 2015, funciona en España el Centro de la Farmacia de la Defensa, dotado con instalaciones industriales para la producción de medicamentos.

Se trata del único laboratorio farmacéutico de titularidad pública capaz de elaborar medicamentos y también actúa de depósito estatal estratégico. Ha demostrado su operatividad en la Operación Balmis en el 2020 durante la pandemia de Covid-19 y ha producido, antivirales como Ribavirina, Azitromicina, etc… Este podría ser el inicio de una Industria Publica del Medicamento. El desarrollo de la Industria Pública de Medicamentos no solo es urgente para abordar los problemas de desabastecimiento, sino que es fundamental para dotar de autonomía suficiente a un sistema sanitario tensionado por el mecanismo de asfixia al que le someten las leyes de los mercados.


Pedro Lorente García | Acdesa-CS. FADSP

Tarifas de las prestaciones del SESPA

FUENTE: ELCOMERCIO Miércoles, 31 de mayo 2023,

Cada cuarto de hora de quirófano le cuesta a la sanidad pública 183,51 euros. En el nuevo catálogo de precios del Servicio de Salud (Sespa), esta es la tarifa que se aplica a las intervenciones quirúrgicas, cuyo importe se calculará a partir de ahora por intervalos de quince minutos. También se empezarán a contemplar las medias estancias hospitalarias: a 368,67 euros en el HUCA y a 240,55 en el resto de hospitales de la red pública.

Los precios que se aplican por la prestación de servicios sanitarios llevaban sin revisarse en Asturias desde 2019 debido a la pandemia del coronavirus. La Consejería de Hacienda publicaba el pasado viernes en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) la actualización tarifaria de las prestaciones del Sespa, que incrementa un 4% tanto la asistencia especializada como la atención primaria.

Realizar una angioplastia -procedimiento que permite mejorar el flujo sanguíneo en arterias coronarias estrechas o bloqueadas- es el servicio más caro de cuantos aparecen en el documento publicado por Hacienda. Cuesta, en concreto, 2.393,98 euros. Le siguen la embolización terapéutica -que se emplea para impedir el suministro de sangre en tumores, malformaciones vasculares o hemorragias-, con un precio de 2.127 euros; y las pruebas de paternidad que llevan a cabo los servicios de Inmunología, que tienen un coste de 1.623,83 euros.

En el otro extremo estarían servicios como la preparación al parto, que cuesta 6,20 euros por embarazada y sesión, o los tratamientos de fisioterapia y rehabilitación, que suponen a la sanidad pública asturiana un desembolso de 15,55 euros por jornada. Los análisis más básicos para determinar la presencia de sílice en pacientes de silicosis, va de los 6,42 a los 8,42 euros; una consulta exclusiva con el personal de enfermería de los centros de salud, sale por 12,18 euros; y una sesión de radioterapia tiene un coste de 20,77 y 42,76 euros, dependiendo de si se realiza de forma superficial o profunda. El ciclo de quimioterapia asciende, sin embargo, a 143,83 euros.

El nuevo catálogo de precios, que la Consejería de Hacienda ha tramitado a propuesta del Servicio de Salud, abarca procedimientos médicos tan usuales como la litrotricia renal -ondas de choque que se utilizan para romper cálculos en el riñón-, con un importe de 1.105,47 euros; las autopsias, que suben a 1.189,54 euros; los estudios del sueño, a 868,44 euros; el cataterismo cardíaco, a 390,23 euros; o las amniocentesis -prueba que se realiza a las embarazadas para diagnosticar ciertos trastornos congénitos en el feto-, que tienen un coste de 297,51 euros.

Todas las prestaciones del sistema de salud asturiano vienen tasadas. Se establecen desde lo que cuesta un plus de anestesia -130 euros- a una resonancia simple, que es una de las pruebas diagnósticas más solicitadas y tiene un importe de 247 euros por paciente. Desde los 614 euros por día de estancia en el HUCA -400,91 euros, en el caso de los demás hospitales públicos de la región- a los 1.131,60 euros que le supone a la sanidad pública cada día que un paciente permanece en la unidad de cuidados intensivos; 1.091,95 euros, si se trata de los hospitales de Cabueñes, San Agustín, Valle del Nalón, Álvarez-Buylla, Carmen y Severo Ochoa o Jarrio.

En el caso de Atención Primaria, un nivel asistencial que se considera la puerta de entrada a la sanidad pública, las tarifas públicas son en general más modestas. No obstante, una primera cita con el médico de Familia cuesta 60,82 euros, que se reduce a la mitad en consultas sucesivas y se incrementa a 76 euros, cuando incluye pruebas diagnósticas o a 72 si se necesita asistencia complementaria del personal de enfermería. Eso, en el caso de la atención sanitaria que se presta en el centro de salud. Cuando el facultativo tiene que desplazarse a un domicilio, los costes se incrementan. Entonces, la primera consulta con el médico de Familia asciende a 72,83 euros; si incluye pruebas diagnósticas, a 91,20 euros; y si interviene el personal de enfermería, a 87,54 euros.

En cuanto a las intervenciones quirúrgicas ambulatorias, tienen un precio también de 91,20 euros. Por último, se fijan las tarifas del transporte sanitario. ¿Y cuánto le cuesta a la sanidad pública asturiana la salida de una ambulancia asistida? Pues 364,80 euros si se trata de un servicio urbano, a los que habría que sumar 38 euros por cada hora de espera. Si el desplazamiento es interurbano: 1,61 euros por kilómetro recorrido en carretera

El afán de lucro en la sanidad de los EE.UU.

En el atrio de una villa en Pompeya hay una inscripción que parece irónica, habiendo sido enterrada durante siglos por cinco metros de cenizas volcánicas: “Salve Lucrum”, leemos, “Salve, provecho”. Una inscripción apropiada para muchos centros sanitarios en la actualidad”.

Así comienza el artículo “Salve Lucrum: The Existential Threat of Greed in US Health Care” de Donald M. Berwick, publicado recientemente por el Journal of the American Medical Association (JAMA ). Berwick denuncia una peligrosa tendencia que afecta al mundo de la salud estadounidense en su conjunto: ningún sector de la salud estadounidense es inmune a la búsqueda desenfrenada de ganancias. Ni las compañías farmacéuticas, ni las compañías de seguros, ni los hospitales, ni los inversores, ni la práctica médica. La codicia denunciada por Berwick ayuda a que la atención médica estadounidense sea, con mucho, la más cara del mundo . Lo que también llama la atención es la rapidez del crecimiento en el tiempo: en 2007 el gasto en salud per cápita fue de $7.421, en 2021 llegó a $12.318.

Gasto total en salud.  Países del G7. Fuente: OCDE

Año 2021 Gasto sanitario total (público y privado) en dólares. Fuente OCDE

USA___________ 12.318

UK____________ 5.387

Italia___________ 4037

Japón__________ 4.665

Alemania_______  7382

Francia_________ 6114

Canadá________ 5.904

El aumento del costo de los medicamentos. El rápido aumento de los costos farmacéuticos ahora es conocido por todos . En los Estados Unidos, los asombrosos costos de los nuevos productos biológicos y biosimilares, posibilitados por el fracaso de una regulación de precios seria, han generado enormes ganancias para las compañías farmacéuticas, a pesar de que gran parte de los fondos para la investigación biológica básica provienen de fuentes gubernamentales. Las compañías farmacéuticas han utilizado la propiedad monopólica de los medicamentos para elevar los precios a niveles estratosféricos, y el aumento no es solo para los medicamentos nuevos. El vacío legislativo que afecta a la regulación de patentes en Estados Unidos permite a las farmacéuticas controlar los precios de fármacos que ya han sido descubiertos desde hace tiempo, incrementándolos sin ningún tipo de restricción.

Medicare Advantage ha aumentado los costos de atención médica

En 1965 se estableció en Estados Unidos Medicare, el programa de seguro público financiado por el gobierno central principalmente a través de los impuestos generales, que en la actualidad garantiza la atención médica a las personas mayores de 65 años y, independientemente de la edad, a las personas con discapacidad.  Los afiliados a Medicare pueden optar por el programa Medicare Advantage (MA), un plan de seguro establecido más recientemente que se diseñó originalmente para brindar a los beneficiarios de Medicare acceso a beneficios adicionales a un costo menor. De hecho, los planes MA ofrecerían la posibilidad de aprovechar servicios que de otro modo no estarían cubiertos, como exámenes oftalmológicos, audiológicos y dentales, al tiempo que presentarían costos a cargo del usuario («desembolso personal») inferiores a los «tradicionales» . Medicare ( Medicare Original ) . Además, muchos de los planes MA garantizan la coordinación de la atención, brindando asistencia al paciente a través de una red definida de servicios en comunicación entre sí. Por otro lado, muchos planes MA tienen costos adicionales(por ejemplo, participación en el pago de visitas a especialistas) y límites en cuanto a los proveedores de servicios a los que puede acudir el paciente. Por ejemplo, un paciente que se beneficia de un plan MA puede tener que incurrir en gastos más altos cuando elige usar servicios externos, no incluidos en su plan. [Medicare Advantage ahora se ha convertido en un programa a gran escala , configurado para cubrir más del 50% de todos los beneficiarios de Medicare, mientras que tiene un costo por beneficiario mucho más alto que el Medicare Original. La especulación ejercida por las aseguradoras participantes en Medicare Advantage ha adquirido dimensiones cada vez más significativas.Al aprovechar el sistema de calificación de riesgo de Medicare y las formas en que se establecen «puntos de referencia» comparativos para los costos proyectados, los planes MA se han convertido decisivamente en los sectores más rentables de las grandes compañías de seguros. Según algunas investigaciones, Medicare Advantage le costará a Medicare más de $600 mil millones más durante los próximos 8 años de lo que le habría costado si los mismos afiliados hubieran optado por Medicare Original. Hay opiniones encontradas sobre la posibilidad de que los miembros de AD sean asistidos con mejores resultados y la evidencia no parece apoyar esta hipótesis.

La especulación en los hospitales estadounidenses

Especulaciones similares se observan en los hospitales estadounidenses . Una investigación reciente del New York Times ha puesto de relieve un fenómeno dramático: los hospitales sin fines de lucro reducen y cierran los servicios en las áreas más pobres, y abren otros nuevos en los barrios ricos. La ‘Comisión de Política Sanitaria de Massachusetts’ constata en 2022 un aumento de los precios e ingresos hospitalarioscomo para alcanzar, en el transcurso de una década, el ritmo de casi cuatro veces la tasa de inflación. Un paciente pagó a la Universidad de Chicago la friolera de $73,800 por dos inyecciones de Lupron Depot, un tratamiento para el cáncer de próstata disponible en el Reino Unido por $260 la dosis. Para aumentar sus ingresos, muchos hospitales que atienden a poblaciones adineradas aprovechan un programa de subvenciones federales originalmente destinado a reducir los costos de los medicamentos para las personas de bajos ingresos. Las enormes ganancias y beneficios de varios millones de dólares al año que disfrutan muchos administradores de atención médica de grandes sistemas hospitalarios encajan en esta imagen.A nivel macroscópico, la búsqueda desenfrenada de beneficios se manifiesta en el proceso de fusión de las empresas hospitalarias, proceso que determina una concentración del mercado y, en consecuencia, un mayor aumento de los costes hospitalarios. Además, continúa extendiéndose la adquisición de prácticas médicas por parte de organizaciones con fines de lucro.

La búsqueda de beneficios en la sanidad en EE. UU. y en Italia

Las ganancias pueden desempeñar un papel en la motivación de la innovación y la mejora de la calidad de la atención, como lo hacen en cualquier otra industria. Pero, según Donald Berwick, los comportamientos cleptocapitalistas que conducen a aumentos de precios, salarios y poder de mercado a niveles extremos terminan perjudicando a los pacientes y sus familias, las instituciones, los programas gubernamentales, las pequeñas y grandes empresas y la moral de la fuerza laboral. Estos comportamientos, en su mayoría legales, pero éticamente cuestionables, han llegado a un nivel en el que representan una amenaza para la existencia de un sistema de salud justo y sostenible Las repercusiones de esta forma de actuar pueden ser extremadamente pesadas para la población.El 41% de los adultos estadounidenses, 100 millones de personas, tienen deudas médicas, una de cada ocho personas tiene una deuda de más de $10,000. En Massachusetts, el 46% de los adultos informan que no pueden acceder a la atención necesaria debido a los costos excesivos. En 2021, más de la mitad de la deuda en los Estados Unidos (58%) fue causada por costos de atención médica. Las tarifas de seguro médico en Massachusetts se han más que duplicado en dos décadas y ahora le cuestan a cada familia más de un automóvil al año. Las personas con bajos ingresos se ven obligadas a elegir planes de seguro de «deducible alto», es decir, planes con una cobertura menos amplia, según el cual el titular de la póliza paga una prima mensual generalmente más baja, pero paga más costos de salud de su bolsillo antes de que el asegurador comience a pagar su parte.  En ninguna otra nación desarrollada del mundo la deuda médica es una amenaza tan presente como en los Estados Unidos.

La codicia pone en peligro los valores de compasión y profesionalismo que forman la base del acto de cuidar.

Los profesionales se encuentran atrapados en la burocracia y las obligaciones de productividad , que muy a menudo van en contra de las razones por las que muchos han decidido seguir una carrera en el cuidado de la salud. El resultado es un verdadero «daño moral», con la desmoralización y la desvinculación que le siguen. En comparación con otras naciones de altos ingresos, los costos de atención médica en EE. UU. son casi el doble, mientras que los indicadores de salud de equidad y esperanza de vida son mucho peores.La codicia desenfrenada no es el único factor de ese fracaso, pero es uno de los principales. Pocos países desarrollados, si es que hay alguno, toleran niveles tan altos de codicia, manipulación y especulación en el sector de la salud como lo hace Estados Unidos.

Incluso el sistema de salud italiano, aunque muy diferente en algunos aspectos, no se libra de los problemas causados ​​por la búsqueda ciega de ganancias. En el sector de las especializaciones médicas, por ejemplo, existe una competencia desenfrenada por el acceso a las especializaciones más lucrativas y una alta tasa de abandono de los cursos de especialización por especialidades, que si bien son fundamentales para el funcionamiento del servicio público de salud, son menos remunerativas. Del análisis realizado en 2022 sobre los contratos «abandonados», es decir, aquellos contratos en los que el médico cesionario volvió a intentar el concurso de especialización al año siguiente para cambiar de rumbo, se desprende que hasta el 61% de las becas de especialización en Urgencias han sido abandonadas.
Más escandalosa aún es la cuestión de los «token holders» , es decir, aquellos médicos a los que recurren las empresas de salud pública a través de convenios con cooperativas para garantizar algunos servicios esenciales, incluidos los de urgencias, que poco o nada ofrecen en términos de apoyo a los servicios. a cambio de costos muy altos.  En un artículo reciente Claudio Maria Maffei incluso hablaba de una «mutación antropológica» que está afectando a una parte de la profesión médica, utilizando un término de Pasolini para describir la desafección por el trabajo público y el riesgo de adherirse a una medicina orientada al beneficio personal y regida por la lógica del mercado. Los fenómenos que estamos presenciando en Italia no son sólo producto de elecciones subjetivas, sino que son el resultado de políticas que favorecen opciones de vida individualistas y lucrativas y no defienden la dignidad del trabajo y de la persona en los sectores más expuestos, como sucede todos los días en nuestros servicios de urgencias.

Contrastando la lógica de la ganancia en el cuidado de la salud. ¿Cómo se puede contrarrestar la lógica de la ganancia en salud? No hay una respuesta fácil, especialmente dado el cabildeo político ejercido por las personas y organizaciones que prosperan en la laxitud actual.

Berwick propone una serie de posibles soluciones:

  • los profesionales de la salud de todas las disciplinas deben protestar por los precios excesivos de los medicamentos, la remuneración excesiva de los ejecutivos y la especulación que se lleva a cabo en el cuidado de la salud;
  • los profesionales de la salud deben promover a través de sus empresas y organizaciones sindicales una redistribución de los recursos, para asegurar que estos lleguen a los más necesitados, también con el objetivo de protegerlos de las deudas médicas y la quiebra;
  • los ejecutivos y profesionales de la salud deben presionar a los legisladores para que promulguen leyes como la reforma de las leyes de patentes, el cambio de las reglas de codificación y facturación, el fortalecimiento de la aplicación de las leyes antimonopolio y de transparencia de precios.

Hacia el final del artículo, Berwick deja abierta una posibilidad.

En su opinión, la desmoralización de los profesionales, el conflicto de conciencia de muchos líderes y el enfado de la población representan una potencial energía política que, guiada por un liderazgo adecuado, podría desencadenar el cambio.

Berwick MD. Hi Lucrum: La amenaza existencial de la codicia en el cuidado de la salud de EE. UU. JAMA. 2023;329(8):629–630. doi:10.1001/jama.2023.0846