El incendio de la Torre Grenfell en Londres ¿por qué no podemos ignorar los determinantes políticos de la salud?

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John Ashton es profesor de la Universidad de Liverpool, Liverpool School of Tropical Medicine  y de la London School of Higiene y Medicina Tropical, glosa  un artículo de Martin Mckee publicado en el BMJ 2017; 357: j2966, el pasado 20 de junio 2017, del que nos hemos permitido traducir libremente algunos de sus comentarios:

Londres 2017, la torre Grenfell, un bloque residencial, se convirtió en un infierno atrapando a decenas de personas, con al menos 79 personas muertas o desaparecidas. Las preguntas comenzaron a las pocas horas de la tragedia. ¿Podría haberse previsto? ¿Hubo un fallo en el diseño? ¿Por qué las víctimas se concentran entre los pobres y los marginados? ¿Por qué se ignoraron tantas advertencias?…

Con la nación todavía aturdido por el trágico incendio del oeste de Londres, en el que tantos de nuestros ciudadanos más desfavorecidos murieron, Martin McKee nos recuerda que la salud pública es fundamentalmente una cuestión política, necesaria para enfrentarse a aquellos que tienen el poder, para hacer visible lo invisible. La  salud pública debe hacer frente a las causas subyacentes.

Sin embargo, las explicaciones oficiales nos han recordado la inundación del año 2005, en Nueva Orleans, debida al huracán Katrina. La línea oficial repetida por el presidente George W Bush, fue que la inundaciónno se podía haber previsto. Sin embargo, pronto se hizo evidente que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias había predicho cuatro días antes que no había  protección contra inundaciones

El Reino Unido tenía una noble tradición de defensa de la salud pública, pero en los últimos años vivimos las consecuencias de una huida hacia delante, confiando la salud y  la seguridad pública al mercado. Con administraciones frágiles y arrogantes como la de Theresa May los retrocesos son constantes, sobre todo con legados como el  del anterior secretario de Salud, Andrew Lansley.

Decir ahora la verdad al poder se ha vuelto más difícil. Antes de la ruptura y la privatización de los servicios públicos locales, el Ministerio de Salud tenía un asiento en muchas mesas importantes: de los autobuses a las escuelas, del agua a la policía y los bomberos, y sobre todo en vivienda. Salud podía interrogar y examinar todas las cuestiones fundamentales que afectan a la salud y la seguridad de la población local. Ahora, decir la verdad al poder se ha vuelto más difícil

John Ashton cuenta el siguiente ejemplo: “Como Director Regional de Salud Pública en el noroeste de la década de 2000, yo era capaz de abordar el tema de la seguridad contra incendios en el túnel de Queensway, Mersey, en su momento  el túnel más largo del mundo. La inadecuación de este túnel se puso en evidencia con el fuego letal túnel del Mont Blanc en 1999 en el que murieron 39 personas.  Como Director de Salud Pública fui capaz de “ hacer lo invisible visibles ”a través de los medios de comunicación locales, lo que obligó al túnel de Mersey  a invertir nueve millones de libras en vías de evacuación y refugios de emergencia. Cuando hubo una colisión grave y fuego en el medio del túnel en 2006 no hubo víctimas.”

Así pues Martin McKee ha llamado nuestra atención sobre la naturaleza política de la salud pública y nuestro deber de “hacer visible lo invisible.” El terrible incendio de Londres ha avergonzado no sólo a los servicios de emergencia, sino a todos los aspectos de la salud pública institucional y de sus responsables políticos.

 

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