Manifiesto por una salud pública en todo el planeta, The Lancet

Un manifiesto para la transformación de la salud pública exige un movimiento social que apoye la acción en salud pública colectiva a todos los niveles de la sociedad -personal, comunitaria, nacional, regional, global y planetaria. Nuestro objetivo es responder a las amenazas a las que debemos hacer frente: a la salud y el bienestar humanos, a la sostenibilidad de nuestra civilización y a los sistemas naturales y humanos de los que dependemos. Nuestra visión es la de un planeta que alimente y sostenga la diversidad de la vida con la que co-existimos y de la que dependemos. Nuestro objetivo es crear un movimiento por la salud del planeta.

Nos dirigimos a profesionales de la sanidad y de la salud pública, a políticos y responsables políticos, a funcionarios internacionales que trabajan en la ONU y en organismos de desarrollo y a los expertos de las comunidades. Pero, por encima de todo, nos dirigimos a toda persona que se interese por su propia salud, la de sus semejantes, y la de las generaciones futuras.

Entendemos que la disciplina de salud pública es esencial debido a sus valores de justicia social y equidad, y porque se centra en las acciones colectivas de los pueblos y comunidades interdependientes y empoderados. Nuestros objetivos son los de proteger y promover la salud y el bienestar, prevenir la enfermedad y la discapacidad, eliminar las condiciones que dañan la salud y el bienestar, y fomentar la capacidad de recuperación y adaptación. Y nuestras acciones para conseguir dichos objetivos deben ser conscientes de la fragilidad de nuestro planeta y a nuestra obligación de proteger los entornos físicos y humanos en los que vivimos.

Por una salud pública a nivel planetario

La salud planetaria es una actitud ante la vida y una filosofía de vida que hace hincapié en las personas -no en las enfermedades- y en la equidad -no en la creación de sociedades injustas-. Buscamos minimizar las diferencias en salud a causa de la riqueza, la educación, el género, y el lugar donde se vive. Apoyamos el conocimiento como fuente de transformación social, y el derecho a alcanzar, de manera progresiva, los niveles más altos posibles de salud y bienestar.

Nuestros patrones de consumo excesivo son insostenibles y en última instancia, provocarán el colapso de nuestra civilización. Los daños que causan son una amenaza para nuestra existencia como especie. Los logros alcanzados en la salud y el bienestar en los últimos siglos, entre los que se incluyen los que se deben a las actuaciones en salud pública, no son irreversibles y pueden perderse fácilmente: una lección que hemos podido aprender de civilizaciones anteriores. Hemos creado un sistema económico mundial injusto que favorece a una pequeña y rica élite, a costa de la mayoría que tiene tan poco.

La idea de progreso sin restricciones es una ilusión peligrosa del ser humano: su éxito supone nuevas amenazas potenciales e incluso más peligrosas. Nuestra tolerancia del neoliberalismo y de las fuerzas transnacionales que persiguen fines tan alejados de las necesidades de la gran mayoría de personas, y especialmente a los más desfavorecidos y vulnerables, sólo puede hacer más profunda la crisis que atravesamos. Vivimos en un mundo en el que la confianza hacia las instituciones y los políticos que nos gobiernan está cayendo a niveles incompatibles con sociedades pacíficas y justas, y contribuye a un amplio desengaño de la democracia y la participación política.

Es necesaria una urgente transformación de nuestros valores y prácticas en base al reconocimiento de nuestra interdependencia y de la interconexión de los riesgos a los que debemos hacer frente. Necesitamos una nueva visión de la acción cooperativa y democrática a todos los niveles de la sociedad, y un nuevo principio de bienestar para todas las personas -un principio que afirma que debemos conservar, mantener y reformzar el sistema planetario y humano en los que se basa la salud, dando prioridad al bienestar de todos. Con demasiada frecuencia, los gobiernos se comprometen pero no actúan; es esencial la verificación independiente y la rendición de cuentas que deben garantizar el seguimiento y revisión de los compromisos, así como las medidas correctoras oportunas .

La voz de la salud pública y de la medicina como conciencia independiente de la salud del planeta deben desempeñar un papel especial en el logro de esta visión. Junto con las comunidades empoderadas, podemos hacer frente a los intereses creados y a las fuerzas que ponen en peligro nuestro futuro. Un poderoso movimiento social basado en la acción colectiva a todos los niveles de la sociedad puede devolver la salud del planeta y, al mismo tiempo, apoyar un desarrollo humano sostenible.

Firman: Richard Horton, Robert Beaglehole, Ruth Bonita, John Raeburn, Martin McKee, Stig Wall. The Lancet, London NW1 7BY, UK (RH); University of Auckland, Auckland, New Zealand (RBe, RBo); Department of Public Health, AUT University, Auckland, New Zealand (JR); Department of Health Services Research and Policy, London School of Hygiene and Tropical Medicine, London, UK (MM); and Department of Public Health and Clinical Medicine, Umeå University, Umeå, Sweden (SW)

Para firmar el Manifiesto, link a The Lancet.

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