Red Europea contra la Mercantilización y la Privatización de la Sanidad y de la Protección Social y el Movimiento por la Salud de los Pueblos (People’s Health Movement)

Después del 7 de abril, la acción continúa: ¡Propaguemos la solidaridad, no el virus!

La Red Europea contra la Mercantilización y la Privatización de la Sanidad y de la Protección Social y el Movimiento por la Salud de los Pueblos (People’s Health Movement) están muy satisfechas de la movilización conjunta de 163 organizaciones de toda Europa con ocasión de la jornada de lucha contra la mercantilización de la sanidad del 7 de abril, bajo el lema «Propaguemos la solidaridad, no el virus».

Por toda Europa, centenares de gestos individuales y colectivos pusieron en evidencia, pese al confinamiento, que la población cree en un sistema sanitario público no lucrativo al servicio de las personas. Podéis consultar el mapa interactivo de la acción del 7 de abril pinchando aquí: bit.ly/Agir4Health
Además, tanto la población como el personal de la salud y los servicios sociales han manifestado:

1. La exigencia inmediata de medios humanos y materiales para luchar contra la pandemia y proteger en el futuro la salud de la población: contratación y formación de personal sanitario, dotación urgente de medios y gestión de stocks de materiales necesarios para hacer frente a las situaciones de crisis.

2. El rechazo a las políticas de austeridad y a la creciente mercantilización que han conducido a un desmantelamiento sistemático de los sistemas de salud pública en Europa, así como a la carencia de personal cualificado en centros médicos, residencias de la tercera edad y servicios sociales.

3. La necesidad de desarrollar y producir tratamientos y materiales de protección para contribuir a la salud pública, no a los beneficios empresariales. Se deben poner a disposición de las personas, independientemente del lugar donde residan, medicamentos, material de protección y vacunas eficaces y seguras para la prevención y el tratamiento del COVID-19; todo ello sin coste para la persona, adquirido a un precio justo por los sistemas nacionales de salud.

Cuando acabe la pandemia, la lucha por una sanidad universal para todas y todos proseguirá. La idea de sanidad universal engloba no solo una atención médica integral accesible a todas y todos de manera igualitaria, sino también la idea de un mundo basado en la armonía, la justicia y la solidaridad. Por eso rechazamos radicalmente el modelo económico actual de la Unión Europea, basado en la austeridad y no en la solidaridad.

Exigimos una reorientación de los fondos públicos para destinarlos a satisfacer los derechos fundamentales de la población: empleo, salarios dignos, vivienda, educación, energía, alimentación y agua.

Para conseguirlo, confinemos a los mercados. Debemos alejarnos de las brutales políticas fiscales que conocimos en la crisis anterior. Los 750.000 millones de euros del Banco Central Europeo no se deben usar para alimentar a los mercados financieros, sino para financiar las necesidades sociales y ecológicas de la población, en base a la protección y la mejora del bienestar físico, mental y social de todas y todos. Se debe combatir férreamente la evasión fiscal e imponer fuertes sanciones.

En lugar de sistemas sociales supeditados a la lógica del mercado y a una competencia incontrolada, debemos hacer una transición hacia un mundo socialmente justo y ecológicamente responsable. La determinación de las necesidades y la organización de los sistemas de cuidados debe estar bajo control democrático directo de comités ciudadanos, coordinados en todos los niveles de la sociedad.

Por eso reclamamos a los Estados europeos que adopten una estrategia más sólida para negociar los precios de los medicamentos, materiales médicos y vacunas. Si la industria farmacéutica sigue fijando unos precios indebidamente elevados, se deben revocar los derechos de las patentes. Igualmente, tanto los stocks como la producción de medicamentos y materiales médicos deben estar controlados por los poderes públicos, y en caso de paralización de la fabricación o el suministro, se deben revocar las patentes. Además, reclamamos que se destinen los fondos necesarios a la investigación farmacológica pública e independiente. En el futuro cercano, es de suma importancia establecer una estrategia para tender a un espacio público europeo coordinado y socializado de investigación y producción de nuevos medicamentos.

Por último, debemos apoyar y asegurar el éxito de la movilización de las trabajadoras y trabajadores de la sanidad y otros trabajadores esenciales que, a lo largo de estos últimos meses, han trabajado sin descanso para proteger nuestra salud y nuestra vida, y eso con una protección personal insuficiente y a menudo horarios inhumanos.

Es por ello que la Red Europea, People’s Health Movement y los demás firmantes de este comunicado llamamos desde ahora mismo a converger a nivel local, nacional e internacional para construir «el día después» a través de plataformas lo más unitarias posible, con reivindicaciones comunes que rompan con las recetas liberales del pasado.

Proponemos al conjunto del movimiento social que hagamos frente común y fijemos una fecha para el mes de septiembre de 2020, como primera iniciativa internacional reivindicativa.

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