Fuente. La Vanguardia 28/02/2022, Antoni Trilla
La aparición de nuevos virus y nuevas enfermedades se ha acompañado casi siempre de alguna teoría de la conspiración sobre su origen. En 1980 el KGB soviético organizó una campaña de desinformación afirmando que el virus VIH era un arma biológica creada por EE.UU. La aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a finales del 2019 en China no podía ser una excepción. Desde el primer momento, la mayoría de los científicos apuntó que el virus era probablemente de origen animal y que saltó de los murciélagos a los seres humanos, posiblemente con la ayuda de un huésped animal intermediario. La epidemiología clásica identificó pronto el mercado de Huanan, en la ciudad de Wuhan (China), como la zona cero donde se agruparon los primeros casos. Muchos de ellos tenían relación con el mercado. Luego el virus se extendió por la ciudad. Los mercados de animales vivos ( wet markets ) son habituales en muchas partes de Asia. Hay evidencias que confirman que en el mercado de Huanan se vendían en el 2019 animales salvajes vivos para el consumo humano, aunque el Gobierno chino lo niega.
El SARS-CoV-2 es de origen natural; los nuevos datos indican que ni es un arma biológica ni se ha manipulado genéticamente
Tres trabajos hechos públicos recientemente, aún no revisados ni publicados en revistas biomédicas, apuntan de nuevo al mercado de Huanan como epicentro y origen de la pandemia, ya en diciembre del 2019. El análisis espacial y genético de los primeros casos y los casos posteriores indica que la transmisión comunitaria de la covid comenzó en el mercado de Huanan. En los puestos de venta del mercado se obtuvieron muestras ambientales y de superficies positivas para este coronavirus. Es probable que el salto del virus a la especie humana se produjera a finales de noviembre del 2019.
¿Queda espacio para la teoría de la conspiración? Muy poco, aunque lo habrá hasta que se pueda probar o desmentir cualquier otra hipótesis. El Instituto de Virología de Wuhan, un laboratorio de alta seguridad biológica donde se estudian virus, está cerca del mercado, al otro lado del río Yangtsé. ¿Podemos descartar que de forma accidental un trabajador del instituto se contaminara con un SARS-CoV-2 y lo contagiase fuera? No podemos, pero es improbable. Desafortunadamente, el Gobierno chino no ha sido transparente y no facilitó el trabajo de una comisión internacional de investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un informe de la CIA admitió que no era posible aportar más datos al respecto. El SARS-CoV-2 es de origen natural. Ni es un arma biológica ni se ha manipulado genéticamente. La naturaleza y cómo nos relacionamos con ella es el origen más probable de la pandemia de covid.