
Homenaje a Marciano Sánchez Bayle

Instituciones y sociedad rinden homenaje al Dr. Marciano Sánchez Bayle en el Congreso de los Diputados
El pasado 11 de abril, la sala Clara Campoamor del Congreso de los Diputados acogió un emotivo acto de homenaje al Dr. Marciano Sánchez Bayle, destacado defensor de la sanidad pública en España y portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). El evento contó con la presencia de su familia —su pareja Marisa y sus hijos Víctor, Sergio y Carlos—, así como de numerosas personalidades del ámbito sanitario, político y social.


La Ministra de Sanidad, Mónica García Gómez, inauguró la jornada anunciando la concesión, a título póstumo, de la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad al Dr. Sánchez Bayle, en reconocimiento a su incansable labor en defensa de la sanidad pública. También estuvieron presentes, entre otras, la ex Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y actual vocal del Consejo de Estado, Luisa Carcedo Roces, y el portavoz de la Comisión de Sanidad del grupo parlamentario SUMAR, Rafael Cofiño, quien clausuró el acto.
El homenaje se estructuró en dos mesas redondas. La primera, moderada por Araceli Ortiz Arteaga, vocal de la FADSP, estuvo dedicada a glosar la figura del Dr. Sánchez Bayle. Intervinieron Sergio Fernández Ruiz, secretario de organización y portavoz de la FADSP, exponiendo la biografía personal y la excelente labor profesional del Dr. Sánchez Bayle, y el Dr. José Luis Pedreira Massa, miembro fundador de la primera asociación que dio origen a la FADSP, quien destacó el histórico como firmante del acta fundacional de dicha federación y el trabajo diario en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
La segunda mesa, moderada por María Dolores Martínez, secretaria general de la FADSP, abordó los temas a los que el Dr. Sánchez Bayle dedicó gran parte de su vida profesional. Participaron Humberto Muñoz Beltrán, Secretario General de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, y Manuel Martín García, presidente de la FADSP. Ambas mesas generaron un amplio y respetuoso intercambio con el público, que expresó de forma unánime su admiración por la figura y el legado del homenajeado.

Al finalizar el acto, el Dr. Pedreira entregó a la Ministra de Sanidad un documento con 2.100 firmas recogidas para solicitar que las administraciones públicas rindan un reconocimiento público al Dr. Sánchez Bayle, incluyendo la propuesta de dar su nombre a un Centro de Salud de nueva apertura en el barrio de Vallecas, donde la familia de Marciano vivió y tantas veces él acudió a colaborar con la lucha vecinal.
Este acto fue una muestra del profundo respeto y afecto que el Dr. Marciano Sánchez Bayle ha generado a lo largo de su trayectoria, tanto por su compromiso profesional como por su lucha incansable en defensa del sistema sanitario público.
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA
21 de Abril 2025
El dengue y el cambio climático
En las últimas décadas, las enfermedades transmitidas por mosquitos han aumentado significativamente, impulsadas por el cambio climático, la urbanización y la movilidad humana. El cambio climático ha incrementado la prevalencia del dengue en un 30% en los últimos veinte años, con implicaciones similares para otras enfermedades como el Zika, el Chikungunya y la malaria. En particular, las Américas han visto un aumento alarmante de los casos de dengue: 9,7 millones de infecciones en 2024, más del doble de los 4,6 millones de 2023.
Un artículo reciente publicado en el BMJ por la periodista independiente Kamala Thiagarajan ofrece un análisis en profundidad del impacto del dengue a nivel mundial, destacando 2024 como un año crítico para la enfermedad, agravado por la temperatura media mundial récord desde la era preindustrial (1). El dengue, transmitido por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus , es una amenaza creciente para la salud mundial. En 2024, se registraron más de 12 millones de casos y 8.000 muertes en 86 países (2). Un aumento que refleja la interrelación entre el cambio climático, la urbanización y las desigualdades socioeconómicas. Basándonos en el artículo de Thiagarajan, presentamos un análisis general del impacto del clima en la propagación del dengue, así como otras enfermedades transmitidas por vectores, la eficacia de las políticas de prevención y tratamiento, y las implicaciones económicas y políticas que influyen en la gestión de estas amenazas a la salud en la era del cambio climático.
La propagación mundial del dengue: datos y tendencias
En las últimas décadas, las enfermedades transmitidas por mosquitos han aumentado significativamente, impulsadas por el cambio climático, la urbanización y la movilidad humana. El informe Lancet Countdown on Health and Climate Change 2023 (3) destaca que el cambio climático ha incrementado la propagación del dengue en un 30% en los últimos veinte años, con implicaciones similares para otras enfermedades como el Zika, el Chikungunya y la malaria. Según el BMJ , en las Américas se ha producido un aumento alarmante de los casos de dengue: 9,7 millones de infecciones en 2024, más del doble de los 4,6 millones de 2023 (fig. 1). Desde 1990, los casos de dengue se han duplicado cada década, poniendo en riesgo a casi la mitad de la población mundial. Comparando las décadas 1951-1960 y 2013-2022, la tasa básica de reproducción ( R0 ) del dengue aumentó un 28% para Aedes aegypti y un 27% para Aedes albopictus, alargándose la temporada de transmisión del 13% al 15%. Este preocupante aumento se refleja también en las proyecciones futuras que, siempre en el continente americano, indican que en 2039 la enfermedad podría afectar al 97% de los municipios de Brasil y al 91% de México, involucrando ciudades grandes y densamente pobladas como Ciudad de México y Porto Alegre. La situación también es alarmante en Asia : en la India, que representa un tercio de la carga mundial de dengue, los modelos epidemiológicos estiman 33 millones de casos clínicamente evidentes cada año (4). Sin embargo, el gobierno ha reportado oficialmente solo 157.325 casos desde 2019, lo que indica un dramático subregistro que complica, entre otras cosas, la planificación sanitaria.
Fig. 1 Casos sospechosos semanales de dengue en 2024, 2023 y promedio de los últimos 5 años. Región de las Américas. Informe de la Organización Panamericana de la Salud sobre el dengue, 2024
El caso de Sri Lanka
Sri Lanka es un ejemplo exitoso de gestión del dengue, con su política de “cero muertes por dengue” adoptada en 2019 . Con una población de 22 millones y una incidencia de 408 casos por cada 100.000 habitantes, el país registró una tasa de mortalidad del 0,08% (62 muertes) en 2023, significativamente inferior al promedio mundial. Las estrategias detrás de este éxito incluyen:
- Un sistema de vigilancia epidemiológica de alta eficacia, basado en un doble flujo de datos integrados . Por un lado, un sistema electrónico monitorea diariamente los casos registrados en todo el país; Por otra parte, un sistema de vigilancia hospitalaria transmite diariamente al Ministerio de Salud el número de hospitalizaciones sospechosas de más de 70 hospitales a nivel nacional.
- Capacitación obligatoria para los médicos, basada en protocolos estandarizados, para garantizar una gestión clínica uniforme.
- El uso de tecnologías para detectar tempranamente complicaciones sistémicas . Como explicó Lahiru Kodithuwakku, de la Unidad Nacional de Control del Dengue, al BMJ , el monitoreo del hematocrito en el punto de atención y la ecografía en la cama del paciente han jugado un papel crucial en la rápida identificación de la fuga de plasma, un signo temprano del síndrome de shock del dengue (DSS), una complicación altamente letal. Kodithuwakku explica además: “Se han establecido unidades de cuidados intensivos para el dengue, totalmente equipadas para tratar los casos más complejos, en distritos de alto riesgo en todo el país”. Gracias a estas medidas, la puntualidad de la atención ha mejorado significativamente, ayudando a reducir drásticamente las complicaciones y muertes.
Prevención colectiva e individual
Sin embargo, el tratamiento del dengue sigue siendo predominantemente sintomático, en ausencia de antivirales específicos, y el panorama de la vacunación continúa presentando desafíos . Dengvaxia (Sanofi-Pasteur), aprobada en 2015, estuvo limitada por el alto riesgo de complicaciones en individuos previamente no infectados. Más recientemente, se aprobó Qdenga (Takeda), que ofrece una mayor protección con una eficacia variable en los cuatro serotipos del dengue. A diferencia de Dengvaxia, Qdenga también se puede utilizar en personas que nunca han sido infectadas con el virus, lo que la hace adecuada para una población más amplia, incluidos niños entre 4 y 6 años y adultos mayores de 45. Además, requiere menos dosis para una inmunización completa. A pesar de los avances en la investigación, el acceso a las vacunas contra la enfermedad y su distribución siguen siendo desafíos importantes, especialmente en los países con recursos limitados; Además, aunque las vacunas representan un componente importante de la prevención, no pueden ser la única solución. Es fundamental integrar estrategias más amplias, como campañas de concientización para el manejo de los hogares y programas de control administrativo orientados a reducir la proliferación del vector . Estos programas incluyen intervenciones a gran escala, como el tratamiento de agua estancada, la eliminación de posibles hábitats de mosquitos y el uso de tecnologías avanzadas para monitorear las poblaciones de insectos. Dado que el 55% de la población mundial vive en zonas urbanas, las ciudades son un centro fundamental para implementar dichas intervenciones. Por un lado, la densidad de población y las condiciones ambientales urbanas aumentan la vulnerabilidad a los fenómenos climáticos extremos; Por otra parte, ofrecen oportunidades para intervenciones específicas gracias a la concentración de recursos e infraestructura. En 2022, entre el 80% y el 92% de las ciudades de Oceanía, Europa y América del Norte han completado evaluaciones de riesgo climático y vulnerabilidad asociada, pero estos porcentajes disminuyen significativamente en regiones como África (62%), América Central y del Sur (56%) y Asia (51%). Estas zonas, a menudo las más expuestas a los riesgos climáticos, siguen siendo las menos protegidas, lo que pone de relieve la urgente necesidad de intervenciones integradas y coordinadas.
La lucha mundial contra el dengue se ve obstaculizada además por la financiación insuficiente y las desigualdades económicas. La OMS ha solicitado 55 millones de dólares para el plan estratégico 2024-2025 contra las enfermedades transmitidas por vectores, pero esta cifra está lejos de las necesidades reales (5). Las multinacionales farmacéuticas, a menudo con ánimo de lucro, están empeorando la situación: Sanofi-Pasteur ha dejado de producir Dengvaxia para jóvenes de entre 9 y 16 años debido a la baja demanda (6). De cara al futuro, la investigación y el desarrollo de vacunas y antivirales más eficaces sigue siendo una prioridad clave para abordar estos desafíos y proteger a las poblaciones más vulnerables.
El vínculo entre el cambio climático, la salud y la transmisión de enfermedades infecciosas
Las temperaturas más altas aceleran el ciclo de vida de los mosquitos y aumentan su actividad. Como señala Neelika Malavige, médica de Sri Lanka que trabaja en un hospital pediátrico, “a 30-35 °C las larvas del género Aedes maduran en solo 7 días en lugar de 21”. El aumento de las precipitaciones y la urbanización no planificada crean más hábitats ideales. Además de incidir en la rápida propagación del dengue, el cambio climático está acelerando la propagación de otras enfermedades transmitidas por vectores.
El virus del Nilo Occidental, transmitido por los mosquitos Culex , es un ejemplo clave. A partir de un ciclo inicial entre aves, el virus ha llegado al ser humano, provocando en casos raros enfermedades neurológicas graves. En los últimos veinte años se ha extendido a Europa y América, con un aumento del 4,4% en su tasa de transmisibilidad ( R0 ) entre 2013 y 2022 en comparación con la década de 1950. La malaria también está ampliando su área de distribución : casi el 10% de las zonas que no eran propicias para la transmisión del Plasmodium falciparum en el decenio 1951-1960 lo han sido en el decenio 2013-2022, porcentajes que superan el 17% en el caso del Plasmodium vivax. Un riesgo adicional proviene del patógeno Vibrio , que es omnipresente en las aguas costeras salobres y puede causar infecciones graves, a veces fatales, en heridas, oídos y el tracto gastrointestinal en personas que entran en contacto directo con él. En 2022, 1.400 millones de personas vivían a menos de 100 km de zonas susceptibles al patógeno, un aumento del 28% entre 1982 y 2010, y el resultado fue un récord de 609.900 casos estimados de infecciones graves.
Además, el cambio climático tiene profundas repercusiones en la salud humana, mucho más allá de la propagación de enfermedades transmitidas por vectores . Según The Lancet Countdown on Health and Climate Change , si el aumento de la temperatura media mundial alcanza los 2 °C (en 2024, hubo un aumento medio de 1,5 °C en comparación con los tiempos preindustriales durante 16 meses consecutivos, Figura 2 ), las muertes anuales relacionadas con el calor podrían aumentar un 370 % a mediados de siglo en ausencia de medidas de mitigación. Además, se estima que habrá un aumento del 50% en la pérdida de productividad laboral durante el mismo período y olas de calor que podrían exponer a más de 500 millones de personas a una inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que agravaría el riesgo de desnutrición mundial.
Los crecientes riesgos del cambio climático están amplificando las desigualdades sanitarias mundiales y amenazando los cimientos mismos de la salud humana. Los sistemas de salud están cada vez más bajo presión: el 27% de las ciudades analizadas en el informe Lancet Countdown on Health and Climate Change expresaron preocupación de que sus sistemas de salud podrían verse abrumados por los impactos climáticos. Esta situación es particularmente crítica en los países más vulnerables, donde los recursos financieros limitados y la débil capacidad técnica y humana obstaculizan el progreso en la adaptación, lo que refleja los riesgos de una transición climática injusta.
Fig. 2 Evolución temporal de la temperatura media global, 1850-2024. Organización Meteorológica Mundial, 2024
Desafíos y perspectivas de futuro
El cambio climático ya está teniendo un profundo impacto en la salud mundial, afectando a millones de personas e influyendo en múltiples aspectos de la vida humana . Los efectos se manifiestan a través de cambios ambientales, daños directos a la salud física y un empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, con consecuencias particularmente graves para las poblaciones más vulnerables.
Para afrontar este desafío se necesita un enfoque integrado y multidisciplinario . Es esencial desarrollar soluciones e implementar acciones de mitigación que involucren a gobiernos, formuladores de políticas, expertos en salud pública y medio ambiente, junto con otras partes interesadas, promoviendo la colaboración sinérgica. El principal desafío es encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, a menudo orientado al lucro, y un modelo de crecimiento sostenible que garantice la protección del medio ambiente, la seguridad climática y la resiliencia de las comunidades. Las políticas específicas deben proteger a los grupos más débiles, previniendo eventos adversos e inestabilidad económica.
Se trata de un desafío complejo, pero abordable: en 2024, por ejemplo, Egipto y Cabo Verde, dos países que conviven desde hace siglos con la malaria, fueron declarados libres de malaria . Herramientas innovadoras, una gobernanza sólida y esfuerzos globales coordinados pueden crear un futuro donde las personas, las comunidades y los ecosistemas puedan prosperar a pesar de un clima en constante cambio. Como señaló Malavige, “el mundo se está calentando y esto afecta al dengue de muchas maneras diferentes”.
Sin intervenciones oportunas y colectivas, el dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores seguirán representando una amenaza creciente para la salud mundial.
Bibliografía
- Revista Británica de Medicina (2024). Dengue y cambio climático: expansión global. DOI: 10.1136/bmj.q2391
- Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (2024). Informes anuales sobre el dengue. Recuperado de: https://www.ecdc.europa.eu
- Cuenta regresiva de Lancet sobre salud y cambio climático (2023). Impacto del cambio climático en las enfermedades transmitidas por vectores. DOI: 10.1016/S0140-6736(21)01787-5