Afrontar la crisis de la obesidad sin medicamentos, cómo un enfoque de política alimentaria podría abordar la crisis de la obesidad. Maryanne Demasi. 13 de Noviembre de 2023
Esta promesa fue muy bien recibida por Calley Means, ex consultora de empresas farmacéuticas y de alimentos y ahora cofundadora de Truemed, una empresa promotora de la alimentación saludable: «Todos los candidatos a la presidencia deberían de tener este compromiso»,
“Obviamente es una cuestión muy importante: el 40% de los estudiantes de último año de secundaria consideran que tienen algún trastorno de salud mental; el 33% de las personas adultas son prediabéticos; el 50% tienen sobrepeso o son obesos. La esperanza de vida está bajando. Aquí hay un problema sistémico”. Pero, ¿qué se necesitaría para reducir la carga de las enfermedades crónicas? Calley Means cree que «podría solucionarse muy fácilmente»
«Estados Unidos gasta billones de dólares al año en atención médica y nuestra salud no hace más que empeorar», dice Means. Este año, la Federación Mundial de Obesidad predijo que el impacto económico global del sobrepeso y la obesidad alcanzará los 4,32 billones de dólares anuales para 2035 si las medidas de prevención y tratamiento no mejoran..
“Nadie se pregunta por qué las enfermedades cardíacas están aumentando pese a que recetamos más medicamentos para las enfermedades cardíacas. Nadie pregunta por qué las tasas de diabetes están aumentando a medida que recetamos y gastamos más en medicamentos para la diabetes. Nadie pregunta por qué estamos gastando 250 mil millones de dólares en cáncer, pero las tasas de cáncer están aumentando”, .
Means culpa a la descontextualización de los problemas médicos como la principal causa del fracaso de la medicina moderna. » La depresión, diabetes, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, obesidad,consultas con muchos médicos tomas más de cinco medicamentos diferentes. El 80% de las muertes en el mundo desarrollado están relacionadas con condiciones crónicas de los estilos de vidad y una mala salud metabólica».
La “política de medicamentos primero” en muchos países occidentales no logra resolver la causa fundamental de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes, que en gran medida son impulsadas por como nos alimentamos». Means dice: “Desde el primer día, los médicos están condicionados en la facultad de medicina a creer que los medicamentos y la cirugía son la solución. Los médicos no están capacitados para comprender que la comida es medicina”.
Es tremendo ver máquinas expendedoras en los pasillos de la Facultad de Medicina de Stanford, oportunidades para la industria de la comida chatarra. «¿Qué están aprendiendo estos estudiantes?»
Un Estudio sobre la Carga Mundial de Enfermedades de 2010 encontró que la mala alimentación generaba más muertes y discapacidad que el tabaco, el alcohol y la inactividad física combinados. Sin embargo, la profesión médicale da prioridad a las intervenciones farmacéuticas. “Gastamos billones en medicamentos y vacunas como si fueran las únicas intervenciones científicas serias,”
Ciencia corrupta. En su carrera anterior como consultor para la industria alimentaria y farmacéutica, Means admite haber utilizado tácticas “malvadas” para influir en los mensajes públicos en beneficio de las corporaciones. Por eejmplo evitar que la Coca-Cola y los refrescos azucarados quedaran fuera de la financiación de los cupones de alimentos en Estados Unidos”. El “primer paso del manual”, fue pagar millones de dólares a la organización de derechos civiles para que calificaran de “racistas” a los oponentes de las empresas alimentarias. Después, la Coca-Cola financió a grupos médicos como la Asociación Estadounidense de Diabetes para que dijeran que que consumir azúcar no era un problema.
Un estudio publicado en American Journal of Preventive Medicine encontró que 96 organizaciones nacionales de salud aceptaron dinero de Coca-Cola, PepsiCo o ambas compañías entre 2011 y 2015. Y en 2015, el NYTimes informó que Coca-Cola financió una organización llamada Global Energy Balance Networkpara desviar los mensajes de salud pública de la dieta al ejercicio. De hecho, un informe de Oxfam mostró que, a nivel mundial, los alimentos procesados son mayoritariamente producidos por sólo diez grandes corporaciones multinacionales, (ABF, Coca-Cola, Danone, Kellogg, Mars, Nestlé, PepsiCo y Unilever, Danone, Nestle y otras).
«Se pagan estudios y se paga a científicos y médicos acreditados para que escriban artículos que digan que la obesidad no es causada por lo que se come, sino por la genética…Las empresas alimentarias financian la investigación en nutrición en Oxford, Harvard o Stanford. «Es una orgía de corrupción”
Alimentos ‘tóxicos’‘. Si realmente queremos lograr cambios, debemos incentivar comportamientos saludables y eliminar la comida chatarra tóxica del medio ambiente. “Los alimentos ultraprocesados constituyen la mayor parte de la dieta en el mundo desarrollado. Contienen tres ingredientes: azúcar añadido procesado, cereales altamente procesados y aceites de semillas”, explica Means. «Estos alimentos no contienen nutrientes, no se pudren y es por eso que pueden permanecer en los estantes durante años»
Un mayor consumo de alimentos ultraprocesados está relacionado con aumento de peso, deterioro cognitivo y otros trastornos. El consumo de alimentos ultraprocesados ha ido aumentando desde la década de 1990 en la mayoría de los países, principalmente en los de ingresos bajos y medios, aunque ahora Estados Unidos, Reino Unido y Canadá tienen la mayor ingesta dietética de alimentos ultraprocesados.
¿Un mejor modelo?. Después de viajar a países nórdicos como Dinamarca, donde la obesidad infantil es tres veces menor que en los EE. UU., Means dice que los estadounidenses deberían seguir su ejemplo. “Dinamarca tiene un programa en el que, si tienes ingresos bajos, obtienes una tarjeta alimentaria que te incentiva a comprar alimentos integrales. Pero en Estados Unidos, si tienes ingresos más bajos, obtienes una tarjeta llamada cupones de alimentos y puedes comprar Coca-Cola. De hecho, el 10% de todo ese dinero se destina a Coca-Cola y bebidas azucaradas, y el 70% a alimentos ultraprocesados”, refieren Means.
“En cambio, el gobierno de EE.UU. subsidia medicamentos como Ozempic por una suma de 10.000 dólares por paciente al año y es la razón por la que en Wall Street los medicamentos para la obesidad son los que tienen mayor valor de mercado. Gran parte de ese dinero debería invertirse en agricultura regenerativa y mejores alimentos, especialmente para los niños de bajos ingresos”.