Asamblea regional de la Plataforma en Mieres con dos puntos del orden del día: Balance de actividades, presentado por Pablo Ramírez, y planes de trabajo para el próximo año, Carlos Ponte.
Transcribimos la intervención referida a este último punto:
RETOS DE LA SANIDAD PÚBLICA, IR A LAS CAUSAS Y NO A LOS SÍNTOMAS
1.- ANTE LOS RECORTES Y LAS PRIVATIZACIONES
- Afirmar el carácter público de los servicios sanitarios desde la equidad y la calidad de las prestaciones
2.- ANTE LA MERCANTILIZACIÓN / COMERCIALIZACIÓN DE LA SALUD
- Cambiar el modelo de crecimiento / innovación
3.- ANTE EL ASISTENCIALISMO
- Bascular hacia la salud y lo sociosanitario
4.- ANTE EL GOBIERNO “DELEGADO” Y EMPRESARIAL DE LAS INSTITUCIONES
- Democratizar la sanidad, recuperar valores
La Sanidad Pública es una realidad con enorme trascendencia para la ciudadanía, para la vida y la calidad de vida de todas las personas con independencia de su clase, género, edad o condición social.
La Sanidad Pública permite ejercer el derecho, al menos en teoría, al acceso universal de las prestaciones sanitarias. No tener acceso al ejercicio de este derecho tiene graves consecuencias (de toda índole…), como ocurre en los países pobres o incluso en países ricos como el caso conocido de los EEUU
Un gran proyecto de equidad que junto a las pensiones públicas, la educación pública, la vivienda pública y la atención a la dependencia y los servicios sociales, conforman los cinco pilares del estado de bienestar del famoso informe Beveridge, en Inglaterra a finales de los años 40 del siglo pasado. Un modelo que, en mayor o menor medida, con distintas variantes, fue implantado en Europa Occidental.
Al final de los años 40 – necesitamos conocer y aprender de la historia para entender lo que esta ocurriendo ahora – después del terrible sufrimiento y decenas de millones de muertos de la segunda guerra mundial, en los países europeos industrializados (con grandes fabricas), el capital tenía, de una parte, interés objetivo en reparar la fuerza de trabajo de los obreros (accidentes y enfermedades para no-detener la producción) y , de otra, el conseguir estabilidad social (evitar las huelgas y los intentos de asalto al poder de la clase obrera que por entonces tenía mucha fuerza). De ahí surge el pacto entre el capital y los trabajadores representados por sus sindicatos y sus organizaciones políticas (la socialdemocracia y los partidos más a la izquierda) con el resultado de la creación del estado de bienestar y la sanidad pública.
En España, el estado de bienestar llega con mucho retraso, con la victoria electoral del PSOE en el año 82, la red de Atención Primaria es del año 1984 y la ley general de sanidad es de 1.986. Aunque nuestros servicios públicos del estado de bienestar tienen bastantes insuficiencias y debilidades con respecto a otros países de Europa.
1. PÚBLICO / PRIVADO
Sin embargo, el pacto del estado de bienestar siempre fue cuestionado, incluso desde sus orígenes, por el capital y mucho más ahora con el neoliberalismo. Por dos razones: Primero porque el capital no está dispuesto a que una buena parte de los recursos del estado se sigan invirtiendo en el sector público y el estado de bienestar. De ahí deriva el relato falaz de la insostenibilidad de la sanidad publica o las pensiones. Y segundo, porque el crecimiento económico ya no reside en las industrias tradicionales y el capital necesita buscar otros nichos de negocio como la sanidad o como las pensiones.
Estamos pues ante el primer gran problema de la Sanidad Pública, el conflicto Público / Privado o, en otras palabras, ante las estrategias clásicas de privatización, promovidas por la derecha (desde el famoso Informe Abril del año 91 o la ley 15/97) y que se mueven en una triple dirección: 1. – Recortes y políticas de austeridad: nunca antes se había reducido tanto la financiación sanitaria como muestra que el porcentaje de PIB (5,7%) dedicado a la Sanidad Pública, nunca fue tan bajo.. 2.- Las externalizaciones de la gestión o de servicios sanitarios (incluidos los servicios auxiliares y logísticos) que han pasado en gran número de lo público a lo privado. 3. – Medidas legislativas neoliberales como el famoso decreto 16/2012, con exclusión de los colectivos más vulnerables (ahora en revisión por el ministerio) y la introducción de copagos a los pensionistas (2 millones de ciudadanos no obtienen las recetas que les prescriben porque no pueden pagar)
2. LA PRIVATIZACIÓN “ENCUBIERTA”
Ademas de las privatizaciones y recorte, hay otros problemas que son igual o más decisivos, definidos por la mercantilización o comercialización de la sanidad, una forma de privatización endógena o encubierta, todavía más peligrosa porque es menos visible para la ciudadanía y los profesionales.
EL determinante de este problema es el modelo de crecimiento y de innovación de las nuevas tecnologías sanitarias. La innovación tecnológica explica las ⅔ partes del incremento del gasto y está en manos de las multinacionales privadas del sector (farmacéuticas y dispositivos médicos) que responden a a los intereses de sus accionistas y no a las necesidades de salud. Un modelo de negocio que controla casi todo, salvo los trabajadores y los edificios todo lo demás está en sus manos: la investigación, el conocimiento y su difusión a través del marketing y el lobbysmo para influir y presionar a los políticos, los mass-media, los profesionales (su formación y práctica clínica) y pero también sobre el comportamiento de los consumidores.
El objetivo de las grandes corporaciones es siempre la generación de ganancias, con independencia de posibles efectos negativos para la salud, la sociedad o el medio ambiente.
Este modelo comercial de de crecimiento y de innovación no hace más que lanzar productos al mercado, la mayoría innecesarios (más del 50% es “YO TAMBIÉN”) con el objetivo de vender a los enfermos pero también a los sanos: la medicalización de la vida con sobrediagnósticos, sobretratamientos y despilfarro de recursos (estimado en más del 20% de la actividad sanitaria), conformando la denominada “burbuja sanitaria”. En su conjunto este es el principal mecanismo de transferencia de riqueza pública al ámbito privado y comercial, ¡la más grave estrategia de privatización de la Sanidad!.
La mercantilización del conocimiento es decisiva y supone, además, una grave amenaza para la autonomia de la ciencia, que se manipula y retuerce con el propósito de crear riqueza opara los accionistas. Paradójicamente apenas hay retorno de la inversión pública (pese a fuertes exenciones, fiscales, inversiones, subvenciones)
La política y el estado son los grandes aliados de las multinacionales. Desde la política se ha construido una arquitectura jurídica basada en dos cuestiones fundamentales. Las leyes de propiedad intelectual con el resultado de las patentes que son la pieza angular del monopolio. Y los organismos reguladores que son la via para autorizar a la carta la comercialización de los productos sanitarios, como estamos viendo con las prótesis e implantes.
3. BASCULAR HACIA LA SALUD Y LOS CUIDADOS SOCIOSANITARIOS
Sanidad y salud no son lo mismo. La enfermedad y la salud coexisten a lo largo del ciclo de la vida, pero la sanidad trata de la enfermedad,mientras que la salud es un concepto mucho mas amplio: promueve las condiciones suficientes para desarrollar el proyecto de nuestra vida. El sistema sanitario se ha dedicado desde siempre a tratar la enfermedad y ha abandonado la salud (por ejemplo, los servicios de salud pública sólo tienen el 1% de los presupuestos).
La salud depende de dos cosas: nuestra genética – biología y los determinantes sociales de la salud que son los que permiten construir sociedades mas sanas (menos enfermas), y son la educación, medio ambiente, alimentación, energía, vivienda, empleo y renta dignas, igualdad de género. Si queremos mejorar la Salud, lo más importante es combatir la pobreza y luchar por el reparto de la riqueza y la cohesión social
4. DEMOCRATIZAR LA SANIDAD PÚBLICA
Tenemos un modelo organizativo de sanidad pública que se ha empresarializado. La privatización encubierta de la Sanidad Pública se refiere no sólo a los fármacos, las tecnologías o las intervenciones sanitarias, sino también a la organización del sistema (gerencialismo, unidades clínicas de gestión) que reflejan las prioridades comerciales “economicistas”. Explica el hospitalocentrismo por su condición de centro tecnológico y la subordinación de la atención primaria, que apenas usa tecnologías.
Se persigue que los servicios públicos se parezcan – funcionen – como las empresas del sector comercial, en una administración pública que además está atravesada por múltiples conflictos de intereses, con un riesgo nada despreciable de corrupción. Por otra parte, una de las características del sistema sanitario público en España es la confusión entre “política” y “gestión”, la gestión no está profesionalizada, con fenómenos de clientelismo y cortoplacismo.
Crisis de valores y sentido de pertenencia. En la Sociedad hay cambios muy importantes demográficos, económicos, sociológicos, pero también de valores, con prevalencia del consumismo o el individualismo, y menoscabo de la solidaridad o el bien común. Para hacer sostenible la Sanidad Pública es necesario promover y potenciar los valores propios del bien común, como la solidaridad y la democracia. Necesitamos transparencia, participación profesional y ciudadana, sostenibilidad ambiental y económica, igualdad de género y rendición de cuentas.
—→ Mientras tanto, la Sanidad Privada no para de crecer. Desde la Plataforma acabamos de publicar un Informe sobre la Sanidad Privada en Asturias, con datos muy preocupantes. Tan sólo decir que buena parte del crecimiento de la Sanidad Privada se debe no sólo a estrategias políticas de la derecha sino a las debilidades de la Sanidad Pública, como conocemos por las abusivas y desproporcionadas listas de espera.
Defender la Sanidad Pública no es mas sanidad pública, es cambiar la sanidad pública en función de nuestros intereses y necesidades.