Covid19, la OMS y la globalización

El 7 de Abril es el día mundial de la salud y este año se cumple el 71 aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya finalidad es alcanzar el mayor grado de salud posible para todos los pueblos del mundo. La OMS es una organización imprescindible, máxime en una situación como la que estamos viviendo de grave crisis global de salud, en donde necesitamos cooperación internacional y referentes científicos y morales para poder enfrentarnos con éxito a la pandemia del Covid19.

Sin embargo, todo indica que la OMS no ha estado a la altura del rol que le corresponde, y no sólo porque carece de competencias , ante la soberanía de los Estados, que le permitan ejercer un liderazgo operativo, sino porque sus debilidades han sido muy evidentes.

La OMS no advirtió, en su momento, del riesgo de la pandemia del Covid19, como era su responsabilidad. Tampoco la comunidad científica, salvo contadas excepciones. En diciembre de 2019, cuando llegaron noticias de la naciente epidemia del coronavirus en China, cabía pensar que estábamos en el inicio de una crisis global, y que lo que sucedía en China iba a tener consecuencias en todo el mundo. Sin embargo, los gobiernos del mundo occidental, miraron con arrogancia a los países asiáticos como si de “otro mundo” se tratase, y la comunidad científica, y a la cabeza la OMS, no alertaron del peligro, por creer, entonces, en una repetición del SARS, que fue rápidamente contenido y tuvo escaso impacto mundial. Es verdad que el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, fue de los primeros en reconocer la gravedad de la epidemia:produce inquietud que el nivel de preocupación sea inferior al nivel de amenaza”, pero ciertamente ya era tarde.

La OMS ofreció desde principios de enero informaciones fiables y recomendaciones pertinentes de control radical y precoz en la lucha contra la pandemia. Pero se mostró incapaz de construir un marco de cooperación internacional (negado los Estados) y fue objeto de numerosas críticas por posiciones entendidas como contradictorias en la prioridad del test sistématico, el trazado de casos o la utilización de las mascarillas.

No es difícil explicar lo que le pasa a la OMS, una organización que atraviesa serias dificultades financieras, que permitieron la entrada del sector privado, que aporta el 80% de su presupuesto (en el bienio 2018-19 de US$ 4.421,5 millones). El riesgo es que las decisiones sobre la salud puedan estar influenciadas por intereses particulares. Gérman Velásques, ex.director del Programa Mundial de Medicamentos durante más de 20 años, lamenta que la Organización Mundial de la Salud «funciona en favor de intereses privados» debido a que “ha sufrido un proceso de privatización».

La inexistencia de una perspectiva global es uno de los grandes condicionantes de la catástrofe a que estamos asistiendo. En este contexto, el fracaso de la OMS es una consecuencia más que una causa, porque en un mundo globalizado, la gran paradoja es que se está dando una respuesta Estatal a una pandemia Global. La globalización mercantil ha olvidado que en un mundo interdependiente los riesgos tampoco tienen fronteras, que en un mundo propenso a las crisis (pensemos en el cambio climático) y las pandemias, no cabe otra estrategia que la solidaridad, la cooperación global y la acción común basada en evidencias.

Es el fracaso de la globalización neoliberal, pero también de su reverso, el populismo nacionalista que insiste en la anacrónica soberanía absoluta del Estado. El populismo nacionalista (“america first”) y la soberanía de los Estados ya pertenecen al pasado.

El Covid19 ha traído devastación pero también ha puesto al desnudo cuarenta años de neoliberalismo, de políticas de recortes, austeridad y precarización para la mayoría social, e inmensos beneficios para minorías. El Covid19 nos ha algunas lecciones que, en el ámbito de la salud y la sanidad, residen en la superioridad demostrada por los sistemas públicos y universales, la exigencia de potenciar los servicios sociales, la necesidad de más salud pública y otro modelo de investigación e innovación al servicio de los intereses generales y no de la propiedad intelectual. El Covid19 también nos dice que necesitamos una renovada OMS con independencia y autoridad científica y moral, capaz  de dar respuesta a las emergencia globales.

Carlos Ponte, portavoz de la Plataforma por la Salud y la Sanidad Pública de Asturias

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