Microcefalias, un desarrollo lento de la función pulmonar, toser a menudo, más riesgo de sufrir un ataque al corazón o determinados tipos de cáncer, diabetes… No son pocos y están extensamente documentados los daños en la salud que provoca la contaminación. Según los datos del último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) en la Comunidad de Madrid hubo 5.416 muertes por alta contaminación en 2015, —un promedio de 14,83 muertes al día— y la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que unos 15 millones de españoles respiran aire insalubre, sobre todo en Madrid y Barcelona, que acaba de inaugurar zona de bajas emisiones. [Consulta la calidad del aire en tu calle de Madrid].
Romeo Hidalgo, 10 años, asmático: revisar a diario la calidad del aire
Tras aquel episodio la familia ha tenido extremo cuidado y evitan ir a Madrid cuando el aire no es sano. De hecho, viven en Cubas de la Sagra, un pequeño pueblo 31 kilómetros al sur de la ciudad de Madrid, justamente para cuidar de la salud de Romeo y su hermano mayor, también asmático. Ahora miran a diario en una aplicación del teléfono cómo de recomendable es salir al exterior o visitar la capital. Cuando Romeo tiene muchas ganas de ir a un evento cultural en Madrid se pone una mascarilla. “Lo que para una persona sana puede ser un día normal, para ellos puede ser catastrófico”, dice Núñez. Las declaraciones de Ayuso les han indignado. “Quiero pensar que es pura ignorancia pero la pura ignorancia en alguien que nos gobierna puede hacer mucho daño”.
Mariano Pastor, 55 años, enfermo de EPOC: «Hay que ir ampliando Madrid Central poco a poco»
Fumó entre los 15 y los 30 años. Cuando pasan muchos días sin llover “se nota más la contaminación” y “la situación empeora”. Entonces “cuesta más hacer ejercicio y es más elevado el riesgo de infectarse por bacterias”, añade. Cuantas más medidas anticontaminación, mejor, defiende. Por eso reclama la restricción las calefacciones y de vehículos de combustión, impulsar los eléctricos y el transporte público y que este sea más accesible, pues la mayoría de las estaciones de Metro del centro de Madrid no cuentan con elevador. “Si tuviera que acceder ahora mismo, el ascensor de Metro más cercano es el de Plaza de España”, comenta.
Consuelo Díaz-Maroto, 71 años, enferma de EPOC: «Tengo un detector interior de contaminación»
Al centro de Madrid ya hace años que ni se le ocurre ir, y agradece vivir cerca del parque de Berlín, a donde va “los días en que los niveles son medianos”. “Me pongo en el centro del parque para que los árboles me despejen un poco, también voy al Retiro, es lo único que puedo hacer para poder respirar mejor», comenta. Su detector interior le permite salir de Madrid a tiempo, protegerse entre los árboles del parque o coger el metro hasta Campamento, donde vive su hijo. Según sale de la estación ya lo nota: puede respirar mejor. “La contaminación es un hecho comprobado, no necesito ni que me recomienden los médicos nada, simplemente lo noto. En Madrid no se puede respirar, ni yo que estoy enferma ni las personas sanas”.
Patricia Sedano, 41 años, asmática: un inhalador a mano para no asfixiarse
Desde su habitación en una quinta planta donde sigue ingresada distingue la boina negra en el cielo de Madrid. Estos días ha lamentado que no se haga más para eliminarla. Ella es asmática desde hace casi 20 años y ha sufrido antes crisis como esta, que acaban en una grave bronquitis. Por eso, dice que este miércoles la rabia hizo que se quisiera subir por la paredes cuando vio en su Facebook que alguien había colgado las declaraciones de Ayuso, que alegó en una entrevista radiofónica que “nadie ha muerto de esto [refiriéndose a la contaminación]”. “Estoy entre la rabia y la tristeza inmensa”, dice con dificultad Sedano, que está conectada a un oxigenador pulmonar. “Me gustaría que pidiera perdón”.
Jesús Ganzábal, 60 años, enfermo de hipertensión arterial pulmonar: «La veo (a Ayuso) como una amenaza contra mi salud»
Jesús Ganzábal vive 47 kilómetros al noroeste de la ciudad de Madrid, en El Escorial, un lugar que eligió como residencia porque el aire es más limpio. Según informes que consultó es una de las zonas menos contaminadas de la Comunidad de Madrid. Pero ni siquiera los 18.088 habitantes de este municipio de la Sierra de Guadarrama se libran de la tóxica nube de contaminación de la capital porque a veces, sobre todo en verano, el viento arrastra hacia allá la polución. Esos días él no sale a la calle.
Tiene 60 años y es miembro de la Asociación Nacional de Hipertensión Pulmonar: sufre de esa afección. Cuando le toca ir al Hospital 12 de Octubre se pone una mascarilla. Las declaraciones de la presidenta de la Comunidad, le han dejado “alucinando”, dice él. “No sé cómo es tan atrevida. No entiendo cómo son capaces de opinar en contra de los informes de la Organización Mundial de la Salud y de los estudios científicos. (Ayuso) tiene la responsabilidad de tomar medidas contra la contaminación pero la veo como una amenaza contra mi salud”.
Daños que afectan desde antes de nacer.
El médico Marciano Sánchez Bayle refrenda todos estos testimonios y en menos de cinco minutos hace un repaso a estas y otras afecciones que puede sufrir alguien expuesto a la contaminación desde una edad temprana y hasta la edad adulta. La mala calidad de ese aire puede ser, por ejemplo, la causa de una microcefalia en el embrión, menor peso al nacer o cambios en el epigenoma [la forma en la que los genes se relacionan con las condiciones exteriores] que pueden producir cáncer después, como apuntaban en el último informe de la Federación.
“En los bebés pueden darse problemas de desarrollo o aumentar las toses y sibilancias; en los niños puede ralentizar el desarrollo de la función pulmonar, provocar mayor incidencia de asma e inicio de aterosclerosis [endurecimiento de las arterias] o problemas en el desarrollo intelectual”. Y recuerda que “en los últimos estudios realizados en Madrid salió que hasta un 8,37 % de los ingresos pediátricos podrían evitarse (3.959 en la Comunidad), y un 8% de las consultas pediátricas (384.000) si no se superasen los límites establecidos por la OMS para la calidad del aire”.
Al crecer, las consecuencias aumentan: puede desencadenar en una disminución acelerada de la capacidad pulmonar, asma, una diabetes tipo 2, ataques al corazón y el comienzo de un cáncer pulmonar, enfermedades neurodegenerativas y alteraciones en la espermiogénesis (mala calidad del esperma). “Y también tiene incidencia en los mayores, que suelen tener el corazón, los pulmones y el sistema de defensa más debilitado”, añade Sánchez. Puede afectar a su capacidad cognitiva, hay un alto riesgo de ataques al corazón e insuficiencias cardiacas, cáncer de pulmón u otra afección pulmonar o cardiaca no diagnosticada.
EL GOBIERNO DE MADRID TRATA DE DEFENDER A AYUSO MIENTRAS LA IZQUIERDA SE “ABOCHORNA” DE SU “IGNORANCIA”
Los médicos, el CSIC, el Gobierno y los ecologistas recuerdan a la presidenta de Madrid que la contaminación mata a miles de personas al año.