Los intereses creados» es el título de una obra de Jacinto Benavente que pervive con dificultad, pese a que fue distinguido con el Nobel de Literatura. El bueno de don Jacinto anticipaba un escenario de conflictos de interés, que desde entonces ha crecido en nuestra organización social, sin que nadie se haya preocupado en exceso de reconocerlos, gestionarlos o prohibirlos, según los casos, con el resultado lógico de una corrupción rampante que contamina y desacredita a la política y a la sociedad española en su conjunto.
En este orden de cosas, una sentencia del Tribunal Constitucional anuló, meses atrás, la dedicación exclusiva de los médicos del sistema público en Asturias y Extremadura, una normativa que ya había sido igualmente derogada en el resto de las comunidades autónomas. Sin embargo, al margen de las decisiones judiciales o políticas, la compatibilidad entre el ejercicio de la medicina pública y privada sigue planteando conflictos de fondo, que subsisten, por mucho que los jueces o las autoridades sanitarias no los quieran ver.
En La NUEVA ESPAÑA /03-10-13( http://www.lne.es/opinion/2013/10/02/intereses-creados/1477143.html