El consejero de Salud del Gobierno Vasco, Jon Darpón, ha destacado que “el mayor determinante del gasto sanitario es el tecnológico y farmacéutico”, ha hecho un llamamiento al Ministerio de Sanidad a evaluar mejor los fármacos y las tecnologías antes de su introducción en la cartera de servicios y ha pedido “ahondar más en la colaboración y en la corresponsabilización con la industria”.
Asimismo, hizo referencia a los esfuerzos de la cartera sanitaria que representa en cuanto al copago farmacéutico, con respecto a lo cual destacó las ayudas económicas para subsanar los efectos del mismo, con el fin de que nadie se quede sin los medicamentos y pueda cumplir con los tratamientos. “El Gobierno Vasco ha invertido en esta prestación, desde 2013, más de 22 mil millones de euros, a los que hay que añadir los siete millones consignados en los presupuestos de este año”, apuntó.
El mayor determinante del gasto: el tecnológico y farmacéutico
“El gasto sanitario no está en la atención a los inmigrantes en situación administrativa irregular”, afirmó el máximo representante de la cartera sanitaria vasca, que continuó afirmando que “el gasto está en otro sitio”. Así, en el momento de abordar el tema de la sostenibilidad, señaló que, si bien el gasto sanitario tiene una relación directa con el envejecimiento de la población y la cronicidad, a los que se destina entre el dos y el 12 por ciento del gasto, “el mayor determinante del gasto sanitario es el tecnológico y farmacéutico”, que implica alrededor del 50 por ciento del mismo, lo que lo convierte en el principal determinante para la sostenibilidad.
El consejero expresó su convencimiento de que es “indispensable” una “evaluación independiente, más profunda y objetiva, previa a la introducción de nuevos fármacos y tecnologías dentro de la cartera de servicios; una evaluación que asegure que los beneficios sean reales en la practica clínica”. “Es preciso ahondar más en la colaboración y en la corresponsabilización con la industria”, afirmó Darpón, así como expresó su apuesta por pagar “por resultados en salud, en vez de por pastillas o por productos”, aunque reconoció “la dificultad de definir, a veces, cuál es el resultado en salud”. “Si compro un tratamiento, yo lo que no estoy comprando es un blíster de pastillas, yo lo que estoy comprando es salud”, por lo que “nosotros queremos pagar por resultados”, zanjó.
Un decreto de prescripción enfermera que genera “malestar”
En cuanto a Enfermería, “hemos ido implementando nuevos perfiles en Atención Primaria y en Atención Hospitalaria”, aseguró Darpón, a lo que añadió: “Estamos trabajando las nuevas especialidades de enfermería”. En cuanto al polémico decreto de prescripción enfermera, manifestó que sólo ha logrado “generar malestar” entre la profesión médica y enfermera y sostuvo que “se debería derogar”.
El consejero vasco, en su presentación, también abordó otros aspectos como los objetivos y acciones del Plan de Salud 2013-2020, sobre los que informó que se han puesto en marcha el 70 por ciento; la revisión del calendario vacunal, lo que implicó un aumento de la inversión del 28 por ciento; la intención de potenciar la Atención Primaria y “prestigiarla”; el despliegue de la historia clínica electrónica, activa en todos los hospitales y en despliegue en los centros socio sanitarios y concertados; y el Plan de Cuidados Paliativos y la Ley de muerte digna de Euskadi, aprobada recientemente por unanimidad.
Jon Darpón también ahondó en el tratamiento de los pacientes con Hepatitis C, con respecto a lo cual señaló que “Osakidetza está garantizando de manera paulatina la atención de todos los pacientes”; en cuanto a farmacia comunitaria, acentuó la receta electrónica, operativa en todos los puntos desde finales desde 2013; recordó el Hospital de Urduliz, que abrió sus puertas desde el 7 de julio; recalcó las dos recientes ofertas públicas de empleo que suman más de 2.000 plazas; adelantó “el relevo de un número muy importante de profesionales”; y alabó la continuidad como “uno de los éxitos”, con respecto a lo cual recordó que el Plan de Salud tiene un horizonte 2013-2020 y fue aprobado por el conjunto del Parlamento vasco, así como la Ley de muerte digna.