La normativa actual «ha reducido la contaminación pero el problema de la calidad del aire está lejos de quedar resuelto y afecta a la calidad de vida de los ciudadanos», justificó. Según sus números, desde 2.000 ha sido posible que la economía del continente crezca un 32% mientras las emisiones se redujeron a la vez entre un 10 y un 70% según el contaminante que se mida.
Expuestos a la multa. Emitir a la atmósfera más de lo permitido supone tener encima la amenaza de un expediente sancionador y ese es el escenario que algunos empiezan a vislumbrar para Gijón. «Si ahora ya no cumplimos los límites de la OMS, va a ser más difícil que lo hagamos luego», indicó Paco Ramos, representante de Ecologistas en Acción. «La situación es peor de la que ahora muestran los informes oficiales, como vamos a ver cuando esté la estación de medición fija en el Lauredal», pronosticó.
El colectivo organizó ayer una mesa redonda donde Valentín Rodríguez, epidemiólogo de la Consejería de Salud, reconoció que el Principado no maneja cifras sobre las muertes que cuesta la contaminación del aire, pero sí otras estimaciones: «Se puede decir que en Gijón en los dos hospitales, con una normativa más estricta, podríamos reducir en unos mil los ingresos hospitalarios al año». El cálculo se basa solo en el daño que causa el dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los contaminantes ligados al tráfico y la generación eléctrica. «Tenemos ahora volúmenes de entre 24 y 25 microgramos por metro cúbico de aire y la estimación la hemos hecho para un umbral de entre 15 y 18, que es una estimación ideal», detalló.
Cabe matizar que para el NO2 la normativa actual permite llegar a un promedio anual de 40 microgramos por metro cúbico. El beneficio de reducir los valores actuales sigue estando ahí y el concejal de Movilidad, Aurelio Martín, se conjuró a seguir avanzando en su consecución: «Estamos empezando el camino en materia de movilidad, no acabándolo. Vamos a tomar más medidas». Detrás de las ya activadas defendió que hay «una mayoría política y social que las comparte» aunque en mitad de una pandemia haya sido «difícil organizar la participación» para su diseño.
Con resistencias similares dijo haberse encontrado Luis Vélez, concejal de Movilidad de Valladolid, para quien «Gijón está haciendo un trabajo estupendo y le seguimos de cerca». Según expuso, en la capital castellana los esfuerzos se vienen centrando en reducir los aforos de los autobuses y segregar una red de carriles para el bus y los taxis. Eso «nos está ayudando a incrementar la velocidad comercial de los mismos», dijo.
Son los apuntes de una mesa redonda que fue solo uno de los actos de la Semana de la Movilidad. Pese a la lluvia, el colectivo 30 días en bici convocó una ‘ruta azul’ para conocer el ciclo del agua en el concejo. Es una mezcla de deporte y concienciación que también se aplicó el programa municipal ‘Caminando por la vida’, cuya ruta a paseo ayer fue desde Isabel la Católica hasta ‘La lloca’