La libertad de elección se encuentra en el corazón de la sociedad estadounidense. Todos los días, las personas deciden qué comer, qué médicos ver, con quién conectarse en línea y dónde educar a sus hijos. Sin embargo, muchos estadounidenses no se dan cuenta de que, en el mejor de los casos, estas opciones son ilusorias. A principios del siglo XXI, todos los sectores industriales importantes de la economía mundial estaban controlados por no más de cinco empresas transnacionales, y en aproximadamente un tercio de estos sectores, una sola empresa representaba más del 40% de las ventas mundiales. Las opciones disponibles en alimentos, atención médica, educación, transporte e incluso presencia en línea son construidas en gran parte por corporaciones, cuya gran influencia las ha convertido en los agentes ejecutivos del capitalismo del siglo XXI.
At What Cost confronta cómo la globalización, la especulación financiera, los monopolios y el control de la ciencia y la tecnología han mejorado la capacidad de las corporaciones y sus aliados para conseguir una abrumadora influencia sobre el gobierno, la familia, la comunidad y las creencias. A medida que las corporaciones manipulan la demanda a través de un hábil marketing y de vetar las opciones contrarias a sus intereses, las opciones de las personas se reducen a lo que produce beneficio a las corporaciones, incluso si tales opciones ponen en peligro nuestra salud individual y colectiva. El mundo creado por el capitalismo del siglo XXI simplemente no es apto para resolver nuestros problemas de salud pública más graves, desde la pandemia covid y la emergencia climática hasta la adicción a los opioides y las muertes por desesperación.
El Dr. Nicholas Freudenberg piensa que el capitalismo es dañino tanto para la salud humana como para el planeta. Y después de leer su nuevo libro, «A qué precio: el capitalismo moderno y el futuro de la salud» , es difícil no estar de acuerdo: La comida está llena de toxinas, el planeta se está calentando incontrolablemente y desde el año pasado, hemos aprendido por las malas que las sociedades capitalistas liberales como la nuestra apenas son capaces de abordar su responsabilidad más básica, la protección de la salud pública.
Entrevista con Freudenberg. El Dr. Freudenberg , profesor de salud pública en la City University of New York, ha escrito un llamamiento fascinante e inspirador en el que describe como abordar los problemas del capitalismo moderno. La conversación ocurrió antes de que el presidente Joe Biden firmara medidas de estimulo de la economía en respuesta al COVID-19. Cuáles son las tesis de tu libro . Dos claves. La primera es que, en las últimas décadas, el capitalismo, el sistema político y económico que existe en nuestro país y en gran parte del mundo, ha cambiado y se ha vuelto más dañino para la salud humana y el medio ambiente. Se describen estos cambios y cómo se han desarrollado. La segunda tesis principal es que el período actual, después de las crisis de la pandemia de COVID y el cambio climático tenemos la oportunidad de trazar un camino diferente en torno a la salud y la equidad. Mencionas seis ideas sobre cómo deberíamos reformar el capitalismo y cómo actuar los activistas. Hay que buscar la convergencia de las que las personas que se preocupan por la atención médica, las que están preocupadas por la comida, las preocupadas por los productos farmacéuticos, o las que se preocupan por el cambio climático. Todas ellas realizan muchas actividades y pueden trabajar juntas. Necesitamos una estrategia coordinada y un sector público robusto. Hay que definir con precisión cuál debería ser el papel del sector público en la alimentación, la salud, la educación, etc. sería una forma de articular una visión común que podría unir las muchas corrientes del activismo progresista. Un segundo pilar estratégico es la necesidad de nivelar el campo de juego. Ha habido un aumento del poder corporativo y de su capacidad para ejercer una gran presión sobre la política y la sociedad, incluidas las políticas del bienestar. Es necesario poner limites a los grupos de presión, cerrar las puertas giratorias y hacer una reforma electoral, una plataforma transversal para quienes trabajan por el cambio. El capitalismo es ecológicamente insostenible, con extinción de especies, emisión de gases de efecto invernadero y fenómenos similares. ¿Cuáles son las soluciones económicas a largo plazo? Muchos modelos de negocio son insostenibles y además perjudican la salud humana. Los alimentos ultraprocesados se basan en la agricultura y ganadería industrial a gran escala, produciendo enfermedades relacionadas con la dieta como diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, que son la causa principal de muerte prematura pese a que son prevenibles. La industria contribuye significativamente a las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero. Y de manera similar, el sistema de transporte, que se basa en automóviles individuales, ha creado lo que algunas personas llaman apartheid de transporte, haciendo que la movilidad esté disponible para las personas que están en mejor situación, pero cada vez menos disponible para las personas pobres. Los grandes problemas de salud están conectados, como se reconoce en el Green New Deal: El problema alimentario, el cambio climático y la pandemia de COVID, son políticas que integran los alimentos, la atención médica, el transporte, etc. El mundo empresarial y los conservadores han satanizado el Green New Deal, pero las encuestas de opinión pública muestran que tiene apoyo popular. Necesitamos encontrar nuevas formas de unir a las mayorías sociales y tener impacto político. El capitalismo genera una enorme desigualdad de ingresos, pero los socialdemócratas creen que el capitalismo regulado puede ser más efectivo?. En EEUU el capitalismo ha cambiado desde la década de 1970 y se ha hecho cada vez más desigual. El dominio del sector financiero, el aumento de la deuda, el gran énfasis en los rendimientos trimestrales para los inversores y las empresas, todas esas cosas han aumentado la desigualdad. El capitalismo siempre generó desigualdad. Los cambios que se hicieron después de la Segunda Guerra Mundial redujeron un poco esa tendencia, pero en el último período se incrementa la desigualdad. Y no necesitamos lograr un consenso sobre lo que viene después de la forma actual de capitalismo, que es un tema muy complicado y controvertido. Por supuesto que tenemos que hablar de ello, pero no creo que sea imprescindible ponernos de acuerdo sobre qué tipo de capitalismo o socialismo democrático será nuestra alternativa. Lo fundamental ahora es revertir la emergencia climática, la desigualdad y detener las pandemias. El camino a largo plazo no lo deciden intelectuales o incluso activistas que debaten entre sí, sino que se decide en la práctica. Tenemos una oportunidad real y espero que podamos aprovecharla..
La libertad de elección se encuentra en el corazón de la sociedad estadounidense. Todos los días, las personas deciden qué comer, qué médicos ver, con quién conectarse en línea y dónde educar a sus hijos. Sin embargo, muchos estadounidenses no se dan cuenta de que, en el mejor de los casos, estas opciones son ilusorias. A principios del siglo XXI, todos los sectores industriales importantes de la economía mundial estaban controlados por no más de cinco empresas transnacionales, y en aproximadamente un tercio de estos sectores, una sola empresa representaba más del 40% de las ventas mundiales. Las opciones disponibles en alimentos, atención médica, educación, transporte e incluso presencia en línea son construidas en gran parte por corporaciones, cuya gran influencia las ha convertido en los agentes ejecutivos del capitalismo del siglo XXI.
At What Cost confronta cómo la globalización, la especulación financiera, los monopolios y el control de la ciencia y la tecnología han mejorado la capacidad de las corporaciones y sus aliados para conseguir una abrumadora influencia sobre el gobierno, la familia, la comunidad y las creencias. A medida que las corporaciones manipulan la demanda a través de un hábil marketing y de vetar las opciones contrarias a sus intereses, las opciones de las personas se reducen a lo que produce beneficio a las corporaciones, incluso si tales opciones ponen en peligro nuestra salud individual y colectiva. El mundo creado por el capitalismo del siglo XXI simplemente no es apto para resolver nuestros problemas de salud pública más graves, desde la pandemia covid y la emergencia climática hasta la adicción a los opioides y las muertes por desesperación.
El Dr. Nicholas Freudenberg piensa que el capitalismo es dañino tanto para la salud humana como para el planeta. Y después de leer su nuevo libro, «A qué precio: el capitalismo moderno y el futuro de la salud» , es difícil no estar de acuerdo: La comida está llena de toxinas, el planeta se está calentando incontrolablemente y desde el año pasado, hemos aprendido por las malas que las sociedades capitalistas liberales como la nuestra apenas son capaces de abordar su responsabilidad más básica, la protección de la salud pública.
Entrevista con Freudenberg. El Dr. Freudenberg , profesor de salud pública en la City University of New York, ha escrito un llamamiento fascinante e inspirador en el que describe como abordar los problemas del capitalismo moderno. La conversación ocurrió antes de que el presidente Joe Biden firmara medidas de estimulo de la economía en respuesta al COVID-19. Cuáles son las tesis de tu libro . Dos claves. La primera es que, en las últimas décadas, el capitalismo, el sistema político y económico que existe en nuestro país y en gran parte del mundo, ha cambiado y se ha vuelto más dañino para la salud humana y el medio ambiente. Se describen estos cambios y cómo se han desarrollado. La segunda tesis principal es que el período actual, después de las crisis de la pandemia de COVID y el cambio climático tenemos la oportunidad de trazar un camino diferente en torno a la salud y la equidad. Mencionas seis ideas sobre cómo deberíamos reformar el capitalismo y cómo actuar los activistas. Hay que buscar la convergencia de las que las personas que se preocupan por la atención médica, las que están preocupadas por la comida, las preocupadas por los productos farmacéuticos, o las que se preocupan por el cambio climático. Todas ellas realizan muchas actividades y pueden trabajar juntas. Necesitamos una estrategia coordinada y un sector público robusto. Hay que definir con precisión cuál debería ser el papel del sector público en la alimentación, la salud, la educación, etc. sería una forma de articular una visión común que podría unir las muchas corrientes del activismo progresista. Un segundo pilar estratégico es la necesidad de nivelar el campo de juego. Ha habido un aumento del poder corporativo y de su capacidad para ejercer una gran presión sobre la política y la sociedad, incluidas las políticas del bienestar. Es necesario poner limites a los grupos de presión, cerrar las puertas giratorias y hacer una reforma electoral, una plataforma transversal para quienes trabajan por el cambio. El capitalismo es ecológicamente insostenible, con extinción de especies, emisión de gases de efecto invernadero y fenómenos similares. ¿Cuáles son las soluciones económicas a largo plazo? Muchos modelos de negocio son insostenibles y además perjudican la salud humana. Los alimentos ultraprocesados se basan en la agricultura y ganadería industrial a gran escala, produciendo enfermedades relacionadas con la dieta como diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, que son la causa principal de muerte prematura pese a que son prevenibles. La industria contribuye significativamente a las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero. Y de manera similar, el sistema de transporte, que se basa en automóviles individuales, ha creado lo que algunas personas llaman apartheid de transporte, haciendo que la movilidad esté disponible para las personas que están en mejor situación, pero cada vez menos disponible para las personas pobres. Los grandes problemas de salud están conectados, como se reconoce en el Green New Deal: El problema alimentario, el cambio climático y la pandemia de COVID, son políticas que integran los alimentos, la atención médica, el transporte, etc. El mundo empresarial y los conservadores han satanizado el Green New Deal, pero las encuestas de opinión pública muestran que tiene apoyo popular. Necesitamos encontrar nuevas formas de unir a las mayorías sociales y tener impacto político. El capitalismo genera una enorme desigualdad de ingresos, pero los socialdemócratas creen que el capitalismo regulado puede ser más efectivo?. En EEUU el capitalismo ha cambiado desde la década de 1970 y se ha hecho cada vez más desigual. El dominio del sector financiero, el aumento de la deuda, el gran énfasis en los rendimientos trimestrales para los inversores y las empresas, todas esas cosas han aumentado la desigualdad. El capitalismo siempre generó desigualdad. Los cambios que se hicieron después de la Segunda Guerra Mundial redujeron un poco esa tendencia, pero en el último período se incrementa la desigualdad. Y no necesitamos lograr un consenso sobre lo que viene después de la forma actual de capitalismo, que es un tema muy complicado y controvertido. Por supuesto que tenemos que hablar de ello, pero no creo que sea imprescindible ponernos de acuerdo sobre qué tipo de capitalismo o socialismo democrático será nuestra alternativa. Lo fundamental ahora es revertir la emergencia climática, la desigualdad y detener las pandemias. El camino a largo plazo no lo deciden intelectuales o incluso activistas que debaten entre sí, sino que se decide en la práctica. Tenemos una oportunidad real y espero que podamos aprovecharla..