Un estudio del Instituto Carlos III confirma que las concentraciones son superiores en regiones costeras y lo atribuye al consumo de pescado
RAMÓN MUÑIZ GIJÓN.Domingo, 21 abril 2019, 02:38
Nueve científicos del Instituto de Salud Carlos III y tres de otros departamentos analizaron la presencia de mercurio en 1.880 muestras de sangre, 1.704 de orina y 577 de pelo obtenidas en todo el país. Los resultados por comunidades agrupan a las de menor tamaño y muestran que los cabellos enviados desde Asturias y Cantabria tenían un 20,5% más de mercurio que el promedio nacional; las pruebas en orina arrojaron niveles un 17,1% superior. En sangre el resultado estaba dentro de la media.
La conclusión de los científicos es que las personas de mayor edad y los habitantes de regiones costeras presentan las concentraciones más altas, según describen en un artículo que acaba de publicar la revista ‘Science of the Total Environment’. «El proyecto Eu-demoscophes demostró que el pescado y el marisco son las mayores fuentes de exposición al mercurio y que la población española como la portuguesa tienen niveles más altos que otros países del continente», recuerdan en el texto.Autoresdoce científicos.Muestrasse tomaron 1.880 de sangre (de las que 99 venían de Asturias y Cantabria), 1.704 de orina (con 95 asturianas y cántabras) y 577 de pelo (12 desde aquí).Resultadoen sangre hay 6,36 microgramos de mercurio por litro de sangre aquí (6,35 de media nacional), en orina 1,30 (1,11 a nivel nacional) y en cabello 2,29 microgramos por gramo (1,90 en el resto).
«El mercurio es un contaminante del medio ambiente global con alta toxicidad tanto para los seres humanos como para la vida animal», describen. Presente de forma natural en la corteza terrestre, la actividad humana en las últimas décadas lo ha movilizado y expandido por la biosfera, apunta un trabajo liderado por Argelia Castaño, directora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental del Carlos III y con varias publicaciones sobre el asunto.
«Actualmente las principales fuentes de mercurio son la quema de carbón en centrales térmicas y las extracciones artesanales de oro», ilustran. Una vez liberado en la atmósfera se deposita en los océanos y los microorganismos lo incorporan de forma que pasa a la cadena alimentaria llegando a los grandes depredadores del mar. «Por lo tanto, el consumo de alimentos del medio marino es la principal fuente de exposición actual en la población en general», argumentan los científicos.
Efectos en la salud
Afecta a la salud del feto durante el embarazo y a la población aún con exposiciones prolongadas a bajas concentraciones. «Desde una perspectiva de salud pública, el mercurio es claramente un contaminante ambiental con capacidad para afectar la salud, el bienestar y la calidad de vida de la población en general a gran escala», exponen los autores, quienes recuerdan que hay países con planes para reducirlo y es de interés científico conocer la presencia de este elemento químico en la población.
Ese es el contexto en el que desarrollaron la investigación, escrutando las muestras en función de su procedencia, la edad del sujeto, sexo, profesión y veces que come pescado. En sangre el promedio fue de 6,35 microgramos de mercurio por cada litro, un 27% más de lo encontrado en un trabajo anterior sobre población no expuesta. No hubo diferencias de sexo, los trabajadores del sector servicios tenían más y el análisis por edades muestra un cierto efecto acumulativo del químico. Desde Asturias y Cantabria se analizaron 99 muestras, con un promedio de 6,36 microgramos de mercurio por litro de sangre.
De orina se enviaron 95 tomas desde ambas comunidades y en ellas se encontraron 1,30 microgramos por litro, frente al 1,17 del promedio nacional. En el pelo se dio la mayor diferencia, con 2,29 microgramos en cada gramo aquí, frente al 1,9 del resto de territorios