Plataforma por la Salud y la Sanidad Pública de Asturias
Un paso histórico. Tras varios intentos y 22 años después del fallecimiento de Ramón Sampedro, el Congreso ha aprobado por fin este jueves la ley de la eutanasia por mayoría absoluta. Los ciudadanos han logrado el derecho a morir dignamente.
Muchos años de dura lucha por lo obvio, por lo más necesario.
Mucho sufrimiento y dolor evitables, demasiados procesos, en el el final de la vida, deshumanizados e indignos.
Es el momento de recordar la lucha heroica de Ramón Sampedro: «he tenido que vivir treinta años pegado a mi propio cadáver». Sampedro se quedó tetrapléjico en 1968, con 25 años, y luchó sin tregua por la libertad de decidir su propia muerte.
En una carta final, redactada poco antes de morir, Sampedro decía: «defiendo la vida como un derecho y no como una obligación». «A mi lado tengo un vaso de agua conteniendo una dosis de cianuro de potasio. Cuando lo beba habré renunciado voluntariamente a la propiedad más legítima y privada que poseo; es decir, mi cuerpo. También me habré liberado de una humillante esclavitud, la tetraplejia», decía aquella misiva.
Mas del 8o% de la ciudadanía en España considera desde hace años que se debe reconocer el derecho a la muerte médicamente asistida.
Una vez se apruebe definitivamente, España se convertirá en el sexto país del mundo que regula la muerte digna. Anteriormente se aprobó en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia y Canadá.