La Asociación en Defensa de la Sanidad Pública ve en las demoras la expresión de «problemas de fondo en el sistema», para el que urge un plan estratégico
AIDA COLLADO. EL COMERCIO, GIJÓN. Viernes, 5 julio 2019
Pocos son los sorprendidos por el hecho de que el Principado no haya sido capaz de cumplir el decreto que entró en vigor en noviembre con el objetivo de contener las listas de espera del sistema sanitario asturiano. En seis meses no se han conseguido erradicar las demoras de más de seis meses para determinadas intervenciones quirúrgicas ni las que exceden los dos meses para someterse a algunas pruebas diagnósticas o ser atendido en una primera consulta. La legislatura ha finalizado con más atasco que con el que comenzó. Algo totalmente predecible para la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública. «Las listas de espera no se solucionan con un decreto. Y menos, con uno que no se cumple», asegura su presidente, el intensivista Carlos Ponte.
Desde la asociación quieren destacar que las listas expresan problemas de fondo, deficiencias del sistema, y por lo tanto para abordar este problema «es necesario poner en marcha un plan estratégico más ambicioso». El asunto más urgente en el que poner el foco es en el actual «debilitamiento» de la Atención Primaria. «El 90% de los problemas de salud deberían resolverse en Primaria, pero si esta está debilitada no será capaz de dar la respuesta adecuada», explica Ponte. Eso, añade, redunda en una sobrecarga de la atención hospitalaria y en un incremento de las demoras.
El siguiente frente de batalla sería la mejora de la comunicación entre los centros de salud y los hospitales. «También se está haciendo un uso abusivo de las tecnologías. La medicina clínica está desapareciendo en favor de la medicina procedimental. Se interviene más en problemas de salud que no son tales, se está medicalizando todo», apunta el presidente de la asociación.
Su propuesta es la de un plan global, «pero eso exige mucha voluntad política, porque lo fácil es dejar que las cosas sigan como están y pasar de legislatura en legislatura sin cambios sustanciales», matiza Ponte, quien también critica la «gestión paternalista» del sistema y el hecho de que sus máximos responsables «lleven la camiseta del partido que gobierna». Reclama una participación efectiva de los profesionales y los ciudadanos, así como «la declaración de los conflictos de intereses de los médicos respecto a los proveedores» y un sistema de recompensas y sanciones que reconozca la buena gestión.
Para el sindicato médico Simpa los datos reflejan la misma realidad que «el año pasado y el anterior. Es un cuento ya conocido por todos». Con una población cada vez más envejecida y demandante de asistencia sanitaria, lo que hay «son muchísimos pacientes y muchísimas consultas para repartir entre cada vez menos médicos. Es imposible que las listas no presenten un crecimiento exponencial», evidenció el presidente del sindicato, Javier Alberdi. El cesto y los mimbres son conocidos y «el resultado no puede ser otro». Por eso, considera «imperativo» cambiar de modelo asistencial, «reforzando la Primaria, que está herida de muerte», dotándola «de recursos y de poder».