El complemento de exclusividad
Hasta el año 2006 los médicos murcianos que declaraban trabajar fuera de su horario en la medicina privada cobraban 1/3 del complemento específico. Ahora sabemos que ese plus era ilegal ya que contravenía una ley nacional de 2003, el Estatuto Marco. Pero la consejería, para comprar la paz social, fue más allá: acordó premiar a los médicos sin exclusiva sumando a ese tercio ilegal un nuevo complemento llamado productividad fija que suponía los 2/3 restantes del complemento específico para que, de facto, los médicos con y sin dedicación exclusiva cobraran lo mismo.
El complemento de exclusividad, es bien sabido, no pretende penalizar a los médicos que trabajan en la privada sino premiar e incentivar a los que lo hacen en exclusiva en la pública. Esta política pretende disminuir los riesgos asociados a los conflictos de interés que pueden generarse en la actividad pública de un médico que también tiene actividad privada. Es una estrategia común a muchas empresas privadas de otros sectores y a muchas organizaciones sanitarias en todo el mundo (incluyendo algunas privadas norteamericanas como Kayser Permanente que prohíben directamente la compatibilidad).
La gestión de las compatibilidades ha sido nefasta desde entonces. Como sabemos, el SMS contravino su propia ley durante más de 10 años permitiendo que sus jefes de servicio tuvieran compatibilidad para trabajar en la privada. Solo la pérdida de la mayoría absoluta ha permitido que el resto de partidos de la Asamblea pudieran hacer cumplir la ley al gobierno del partido que la aprobó.
Ahora el Ministerio de Presidencia y Administraciones Territoriales afirma que los complementos cobrados por los médicos con compatibilidad que no son jefes también deben ser retirados por ser ilegales y, añadimos nosotros, perniciosos en términos organizativos y motivacionales.
La carrera profesional
Pero en esos años la Consejería de Sanidad no solo igualó el sueldo de los médicos con y sin dedicación exclusiva sino que decidió arruinar una buena idea: reconocer las trayectorias profesionales excelentes y comprometidas con la calidad asistencial. Sin embargo, la Consejería al reconocer la carrera profesional decidió no tener en cuenta más que el tiempo trabajado; es decir, de hecho, convertir la carrera profesional de médicos y enfermeras en un asunto de antigüedad. Esta decisión favorecía de nuevo a los médicos con compatibilidad puesto que la carrera profesional contabilizaba participación en comisiones clínicas y actividad de mejora de la calidad que normalmente es llevada a cabo por los médicos dedicados en exclusiva al sistema público.
Esa regularización por tiempo trabajado se detuvo en 2010 debido a la crisis económica. Como consecuencia de ello, los médicos y enfermeras que han obtenido su plaza con posterioridad no han podido cobrar la mal llamada carrera profesional. En la actualidad en un mismo servicio conviven profesionales que haciendo el mismo trabajo y teniendo la misma implicación cobran sueldos con diferencias significativas. Una inequidad injustificable.
Es decir en los años 2006 y 2007 se tomaron dos decisiones no solo costosas en términos económicos para el sistema público sino que consideraron prioritariamente los intereses de un pequeño grupo de profesionales con actividad privada. Esas dos decisiones dinamitaron las posibilidades de incentivar trayectorias excelentes y comprometidas con el sistema público. Una barbaridad en términos de gestión y un incentivo motivacional negativo como reconocería cualquier experto en management. En términos de gestión, es pegarse un tiro en el pie.