Este pasado miércoles 7 de octubre, El País ha retransmitido en directo en su web un evento online a puerta cerrada organizado por la farmacéutica Roche, en el que han participado, entre otros, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, la secretaria de Estado de digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Carme Artigas, y dos presidentes autonómicos, el de Murcia y el de Extremadura. También han participado representantes de la sanidad privada y asociaciones médicas.
El evento, que llevaba por nombre “Repensando la sanidad española. Una nueva sanidad para una nueva normalidad”, iba enfocado a intentar promocionar y presionar para implantar un nuevo modelo sanitario. Resulta escandaloso que el ministro de Sanidad y presidentes autonómicos participen en un evento organizado por una farmacéutica, evento que además tiene por objetivo marcar líneas de lo que debe ser la sanidad pública (y la privada), y da buena cuenta de hasta que punto el ministerio de Sanidad está plegado a los intereses de dichas empresas. Pero resulta especialmente sangrante cuando dicha farmacéutica es precisamente una de las que formaba el lobby de la falsa pandemia de la Gripe A de 2009 y específicamente, la creadora de la estafa del Tamiflú, la vacuna creada contra dicho virus.
Este acto ha sido organizado por Roche, se ha realizado en su sede y en primer lugar ha intervenido el director general de Roche Farma España. El País solo ha hecho la cobertura, sin embargo se ha presentado como un evento realizado a partes iguales entre la farmacéutica y El País, quizás para darle legitimidad periodística a lo que es un acto del lobby farmacéutico. Hay que señalar la complicidad de dicho medio de comunicación al colaborar de forma tan descarada con Roche en contra de toda ética periodística y principio de neutralidad.
La intención del evento era influir en la Administración pública, en profesionales, investigadores, médicos y en la sociedad civil (ya que parece que el Gobierno está ya más que influido) y dejar caer algunas de las ideas que las grandes empresas planean para la sociedad. El utilizar al mismo ministro parece que buscaba dotar de legitimidad y oficialidad al evento, además de tratar de legitimar la idea de unión entre lo público y lo privado.
Las preguntas elegidas por Roche para el ministro resultaban claramente pensadas acorde a los intereses de los organizadores. Así, le han preguntado por la labor de la industria farmacéutica, a la cual Salvador Illa ha alabado y también sobre “la colaboración público-privado”, algo sobre lo que el ministro se ha posicionado a favor, matizando con un eufemismo: según Illa no se trata de cambiar el modelo de sanidad, sino de “reforzar la sanidad”, cuando reforzar la sanidad en realidad significaría invertir en lo público para no que lo privado no pueda entrometerse en ella.
Cabe preguntarse ¿qué neutralidad y fiabilidad se puede esperar del ministerio de sanidad cuando se presta a colaborar con farmacéuticas que tienen claras intenciones políticas? Y también, en el contexto actual, ¿qué confianza se puede tener en la seguridad para el cuerpo humano de los medicamentos o vacunas creados por estas farmacéuticas para el covid en escasos meses, saltándose todos los plazos de seguridad básicos (y muchas medidas) históricamente establecidos a nivel científico?
En el evento, retransmitido de forma online, se ha buscado en todo momento la idea de consenso, cuando lo cierto es que al plantear ciertos temas solo se ha escuchado una versión de las cosas. Es más, ciertas posiciones se han presentado como las únicas posibles y como indiscutibles. Encontramos así la conocida estrategia de plantear problemas (y aquí es donde es necesaria la intervención de actores diversos de la sociedad civil) para que a continuación otros pongan sobre la mesa “soluciones”, en este caso, las políticas que pretenden implantar.
El acto se ha realizado por sesiones o “mesas” de intervenciones. Tras la intervención de Salvador Illa, la primera, en la que el ministro se encontraba solo con el presentador, ha llegado el turno de los presidentes de Extremadura y Murcia. A continuación han intervenido representantes de la salud privada (compañías de seguros, clínicas privadas, etc.) y solo después, profesionales de la sanidad pública. Resultaba notorio, en el caso de los representantes de la sanidad privada, que tenían un discurso preparado, pues sus declaraciones eran categóricas y corporativas, mientras que los de la mesa posterior respondían de forma personal a las preguntas de la entrevistadora.
PUNTOS EN COMÚN ENTRE SECTOR PRIVADO Y REPRESENTANTES PÚBLICOS
Se podían observar dos perfiles, claramente diferenciados. El de aquellos que tenían un mensaje que “hacer llegar al público” (incluidos algunos representantes políticos) y el de los que han sido invitados como meros actores secundarios, para dar una imagen de pluralidad. Entre los primeros encontramos por ejemplo al presidente de Extremadura, a la directora general de la Fundación IDIS, al representante de Roche y a la secretaria de Estado de digitalización e Inteligencia Artificial. Dicho mensaje se basa en que existe una necesidad que implica “redefinir la sanidad”, en sintonía con el nombre del evento, lo que significa para ellos “digitalizar la sanidad” (virtualizarla, digitalizar los datos de los pacientes y centralizarlos, imponer la atención telefónica o por internet en lugar de la presencial, etc.) y cambiar la sanidad pública por lo que los tecnócratas llaman el modelo “público-privado”.
Así, hablan de “cooperación” o “colaboración” entre el sector público y el privado o de “trabajar juntos y compartir recursos” entre ambos sectores, cuando en realidad se refieren a privatizar la sanidad a un nivel que hasta ahora no se habían atrevido a plantear públicamente. Es decir, que los gobiernos puedan usar recursos de la privada, pero sobre todo que ocurra lo contrario, que las empresas privadas, de forma más o menos velada pasen también a tomar decisiones sobre los hospitales públicos, los trabajadores del sector público y el sistema público de salud en general, incluso sobre las políticas de salud; o que lo hagan los gobiernos pero acorde a sus intereses. Una unión inédita entre gobiernos liberales y grandes corporaciones. Esto podría suponer que la sanidad privada (y tantas otras empresas) se hagan con los historiales y la información personal de los pacientes de la sanidad pública, mediante aplicaciones digitales y programas de base de datos privados, como las que Google está introduciendo en la sanidad pública (y en la educación etc.). A eso también se refieren con “compartir” recursos privados (aplicaciones). Revistiendo así un discurso ideológico de palabras ambiguas como “reto”, “cooperación”, “aprendizajes del covid”, “empatía”, etc.
Este modelo implicaría que las empresas privadas pasen también a tomar decisiones sobre los hospitales públicos, los trabajadores del sector público y el sistema público de salud en general, incluso sobre las políticas de salud. Una unión inédita entre gobiernos liberales y grandes corporaciones
Otra de las ideas repetidas es la de crear una Agencia de sanidad pública, para centralizar las competencias sanitarias que ahora son de cada comunidad autónoma, asuntos todos estos sobre los que no se preguntaba a los médicos de la pública, aunque sí opinaron sobre ellos los representantes de la sanidad privada. Resulta significativo que uno de los presidentes autonómicos, Fernández Vara, se mostrara a favor de que su comunidad perdiera dicho derecho de decisión sobre su sanidad. Desde la sociedad civil se ha defendido el modelo autónomo sanitario, idea reforzada precisamente porque el hecho de que el covid ha afectado de manera desigual a las comunidades, y éstas necesitan autonomía para decidir sus propias normas, por ejemplo para evitar confinamientos masivos o atender a diferentes necesidades, cuando las realidades de cada comunidad son bien diferentes.
EL DISCURSO INAUGURAL DE ROCHE
Carlos de Vega, subdirector de El País, ha inaugurado el acto haciendo alusión a la sede de la farmacéutica en la que se encontraban, “un entorno sanitario (sic) en el que nos sentimos verdaderamente seguros, hay algo en el ambiente que hace que nos sintamos bien”.
El director de Roche en España, el alemán Stefanos Tsaumosis, se ha dirigido al ministro y a los dos presidentes autonómicos. Es interesante preguntarse por qué han sido elegidos estos representantes autonómicos por Roche y no otros. Tsaumosis ha sido claro y sincero, el evento de Roche “tiene como objetivo trazar las líneas de la sanidad del futuro”. Es decir, un evento privado de la industria farmaceútica tiene como objetivo trazar las líneas de la sanidad pública.
Ha dicho también que el objetivo de su empresa farmacéutica es “ayudar a las personas”, aunque el premio nobel Richard J. Roberts tiene otro punto de vista. “Todo indica que una vez superada la crisis actual, la sanidad será muy diferente: digitalización, Inteligencia Artificial, datos” ha expresado el director de Roche. Una injerencia total para imponer un modelo de sanidad diseñado desde lo privado. La inteligencia artificial no es más que una serie de algoritmos muy complejos, una forma de sacar provecho a una inmensa cantidad de información sobre las personas o las poblaciones, que permite a unos pocos saber cual es la mejor opción para actuar sobre (o contra) ellas, para conseguir que hagan lo que se pretende. Y el director de Roche España nos ha dado algunas pistas: pretenden que tras el covid la sanidad esté “basada en el diagnóstico molecular, la genómica, la medicina personalizada”. Así, la crisis sanitaria puede ser usada como caballo de troya de las farmacéuticas para imponer tratamientos genómicos e individualizados en la sanidad pública (un reciente anuncio de Adeslas, estrenado precisamente estos días, promociona estas “técnicas”).
Asímismo, Tsamousis ha manifestado el interés de Roche en “trabajar de forma conjunta con las autoridades, trabajar todos juntos sin barreras, por una sanidad público-privada”. También ha dicho “sabemos que hay rabia de los ciudadanos contra los partidos, y conocemos la voluntad del país para colaborar entre instituciones, empresas y personas”. Se puede entender cómo intentan canalizar el descontento de la población para redirigirlo hacia sus propios intereses.
TRANSFERIR LAS COMPETENCIAS SANITARIAS. EL EJEMPLO DEL PRESIDENTE EXTREMEÑO
El presidente extremeño ha empezado fuerte, se ha mantenido en su posición habitual, a favor de quitarle las competencias sanitarias a las comunidades autónomas para dárselas al Gobierno. Esto es lo que han venido a llamar “cogobernanza”, cuando en realidad significa que las decisiones las debe tomar el gobierno central.l
“No hay que votar” ha dicho tajante, refiriéndose a que no sean las comunidades quienes decidan si esto es así, ni siquiera quienes decidan las medidas generales para todas ellas, lo cual es lo que realmente significaría co-governanza. Durante su intervención también ha dicho que “la gente que está en casa por mucho que le expliques las cosas no las van a entender”, dando muestra de un tremendo desprecio por la inteligencia de la ciudadanía y un claro nepotismo. Asímismo, se ha posicionado a favor del plan del Gobierno de crear una Agencia de salud pública donde se tomen las decisiones “entre todos”; sin embargo, en esa agencia quien tomaría las decisiones finales de forma unilateral sería el Gobierno central. Fernández Vara también se ha posicionado junto a los planes de las empresas farmacéuticas: “vienen procedimientos nuevos, viene terapia genética”. Lo cierto es que las farmacéuticas tienen gran interés en la intervención genética en la población.
También ha argumentado a favor de la injerencia privada en la sanidad pública, bajo el término público-privado. Y lo ha justificado afirmando que la sanidad pública está “al 60%” porque en ciudades como Madrid, mucha gente tiene seguro privado. Esto en realidad no tiene nada que ver, ya que esas personas pagan igualmente la sanidad pública y si la sanidad pública tiene déficits es porque no han invertido suficiente en ella, no porque no hubiera dinero.
Fernández Vara también se ha posicionado junto a los planes de las empresas farmacéuticas: “vienen procedimientos nuevos, viene terapia genética”. Lo cierto es que la industria farmacéutica tiene gran interés en la intervención genética en la población
Casi al final de su intervención, Fernández Vara, preguntado sobre si va a pedir rastreadores del ejército para Extremadura, ha declarado “todavía no lo hemos hecho, pero vamos a llamar al ejército para que controle a los contactos de quienes den positivo” y que “ya estamos en contacto con… el regimiento… que nos va a hacer el apoyo”. Esta es la primera noticia al respecto, ya que aunque había comentado que podía hacerse en el futuro, es algo que todavía no ha declarado de forma institucional. Recordamos que la militarización de labores sanitarias ha sido ampliamente criticada desde diversos sectores sociales.
EL LOBBY PRIVADO SE SIENTA A LA MESA (ANFITRIONES INCLUIDOS)
En la siguiente mesa, con un claro enfoque de la sanidad privada, han participado Federico Plaza, director de Corporate Affairs de Roche Farma; Marta Villanueva, directora general de la Fundación “Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad” (IDIS) y Josep Mª Campistol, director del Hospital Clinic de Barcelona, que sin embargo es público.
Marta Villanueva ha empezado su intervención afirmando que “han conseguido” caracterizar el covid, lo que solo significa definirlo de una manera u otra, cuando lo que hay que hacer para probar la permanencia de un virus como tal es aislarlo, lo cual no se ha conseguido.
Marta Villanueva ha defendido la actuación del Gobierno durante estos meses y ha afirmado que la sanidad no tiene que ser “ideológica” ni “de partidos”. Sin embargo cree que debe ser privada
Ha defendido la actuación del Gobierno durante estos meses y ha afirmado que la sanidad no tiene que ser “ideológica” ni “de partidos”. Sin embargo cree que debe ser privada. También ha abogado por concentrar todas las decisiones sobre salud en el presidente del Gobierno “no podemos tener 17 sanidades”; y por “implementar sistemas de cooperación permanentes y recursos compartidos entre el sector público y el privado”. Igualmente ha lanzado afirmaciones categóricas como “no podemos vivir sin estar conectados, en nuestra cabeza y en nuestra cultura ya está interiorizado el tema de la digitalización”.
Y ha defendido la intromisión de la Inteligencia Artificial y las grandes corporaciones en la sanidad y en la vida privada: “La inteligencia artificial entiende al ser humano como a un todo, la relación de nuestros dolores particulares, lo que comemos, el deporte que hacemos. Es una perspectiva holística (sic)”. Esto nos lleva a la personalización y a la individualización de los problemas de salud, como la medicación concreta para cada persona; y a una mediación sobre cada persona, lo que de nuevo se inscribe en la línea de la medicalización generalizada de la población.
Villanueva también ha explicado algunos de las intenciones del sector privado respecto a la sanidad pública y privada, “se mantendrán los bis a bis con el médico que sean necesarios, pero hay que reducir”
Marta Villanueva también ha explicado algunos de las intenciones del sector privado, al cual representa, respecto a la sanidad pública y privada, “se mantendrán los bis a bis con el médico que sean necesarios, pero hay que reducir”. Así da por hecho que esto ya es así, que la atencion por teléfono funciona bien y está aceptada; estos argmentos intentan que se acepte que es algo inevitable, e incluso que “ya es así”. También ha abogado por un “cambio cultural”. Y ha afirmado que “la transformación digital ya es pasado”. Es decir, no es “el futuro” como suelen decir, ni siquiera el presente, sino que ya “ha ocurrido”. Todo un truco mental, ¿cómo oponerse a lo que ya ha sucedido?
Por último, Villanueva se ha mostrado en contra de subir el IVA a la sanidad privada, alegando que supone un “doble pago”. Pero lo cierto es que quienes tienen seguro privado también usan la sanidad pública, y de hecho, en la mayoría de casos en los que el tratamiento, las pruebas o las operaciones son complicadas o caras, la sanidad privada deriva a sus pacientes a la pública.
Otro participante ha pedido al Gobierno un plan de contingencias de pandemia, “coordinación de niveles”, medidas de protección, test de antígenos y pcr para “confinamientos precisos” y ha justificado estos diciendo “somos un pueblo poco disciplinado, anárquico” refiriéndose al país.
FIN DE FIESTA: ARTIGAS Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL, ALIANZA FARMACÉUTICA-TECNOLÓGICA
Y desde esta última mesa han pasado directamente a un discurso final de la Secretaria de Estado de digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Carme Artigas. Aquí ya no hay debate, ni siquiera aparente. Tampoco entrevistador. La Secretaria tenía asignado el papel de cerrar el evento de la farmacéutica. Ha empezado dando las gracias a El País y “al lugar en el que nos encontramos”, la sede de Roche.
Su intervención final es vergonzosa, propia de una representante del lobby tecnológico y digital. Su discurso ha ido en la línea de los intereses del sector farmaceútico, muy parecido al del director de Roche. Ya el propio hecho de que en enero se formara una secretaría de digitalización e Inteligencia Artificial dentro de un ministerio, como exigían las empresas del sector tecnológico, muestra hasta que punto este ministerio trabaja para dichas empresas y hasta que punto está corrompido el PSOE y controlado el Gobierno en gran medida por grandes corporaciones, como las tecnológicas.
Artigas ha acabado poniendo como ejemplo de inteligencia artificial la aplicación RadarCovid, que sirve para localizar los móviles y la intereacción entre personas cercanas (aunque no ha mencionado las polémicas que ha levantado ni que que dicha aplicación ha sido creada por Google y Apple, que se reservan todo la información que los móviles recogen). Ha afirmado que el futuro pasa por el macro análisis de la información médica personal de todas las personas. Y ha mencionado de pasada que han empezando un proyecto de inteligencia artificial con “Barcelona supercomputer Center” para analizar historiales médicos de 3.000 pacientes del Hospital Clínic de Barcelona (público) y que quieren extenderlo al Hospital 12 de octubre de Madrid y al Vírgen Rocío de Sevilla. Cabe preguntarse si esos pacientes saben que están utilizando sus historias médicas. “La sanidad va a ser digital” ha dicho, este plan se incluye dentro de la “Agenda España digital 2020-2025”, ha afirmado Artigas.
La Secretaria de Estado de digitalización e Inteligencia Artificial ha afirmado que el futuro pasa por el macro análisis de la información médica personal de todas las personas. Y ha mencionado de pasada que han empezando un proyecto de inteligencia artificial con “Barcelona supercomputer Center” para analizar historiales médicos de 3.000 pacientes del Hospital Clinic de Barcelona
FUENTE: https://www.elsaltodiario.com/sanidad/la-farmaceutica-organiza-un-acto-con-el-ministro-de-sanidad-salvador-illa-para-trazar-las-lineas-de-la-sanidad